Por Manuel Estévez

Es ilógico creer que la música independiente es un género en sí. Es ilógico culpar al público por no disfrutar de nuestra música y es lógico cometer estos errores cuando no se tiene claro qué se quiere hacer con la música,  se desconoce el negocio y no se entiende la relación directa entre música y calidad. Pero vamos por partes.

¿Qué es la música independiente? Es cualquier tipo de música que no está avalada por grandes disqueras y que se promociona y distribuye por autogestión. Nadie está hablando de música buena, mala o de vanguardia, menos de un género artificial de buenos intérpretes fingiendo que no saben hacer música,  jugar al punk es tan difícil que Green Day lleva 20 años tratando y no lo han logrado. La frescura e innovación de los géneros en su primera etapa son inigualables y desaparecen cuando se pretenden copiar en súper producciones. Muchos artistas que fueron considerados de vanguardia generalmente la encontraron buscando simplemente un sonido propio.

¿Quién es un músico? Es una persona que ha estudiado o desarrollado su arte a un nivel muy alto y si ha sido afortunado ha logrado calar en el gusto del público y trascendido en el repertorio popular. No ser afamado no indica no ser buen músico ni la popularidad indica que se es músico. ¿Qué es un artista musical? Es una persona que ha trascendido en la música sin ser músico necesariamente e igual, si ha sido afortunado cuenta con el aval del público, de esos está plagado el rock; no conozco guitarristas más rudimentarios que Bob Dylan, Lou Reed o Joe Strummer ni tampoco figuras más influyentes o prolíficas en el rock que ellos.

¿Soy incomprendido y esta parranda de ignorantes no valora mi trabajo? Esa pregunta se la debe resolver usted mismo cuando arranca con su proyecto y orienta su trabajo, busca un público y se pone unas metas. No pretendamos ser Beethoven o Blixa Bargeld, esos nacen cada 100 años, tampoco creamos que el público tiene que saber más que nosotros o que debe estar compuesto por eruditos. Si usted toca rock y nadie “comprende” su trabajo, es fácil, usted no hace bien las cosas. Es igual para el vallenato o el género que sea.

Ser independiente no significa ser malo o tocar en sitios sórdidos, significa hacer una digna carrera de crecimiento, de responsabilidad, de trabajo, de búsqueda e igualmente de satisfacción personal.  Se puede escoger lo que hacemos, siempre se ha podido, saber que por experimentales que seamos  nos va a ir según como sea nuestro trabajo de promoción y sacrificio y también saber que si queremos pasarnos la vida tocando Lamento boliviano en bares, ese fue el camino que escogimos. En cualquiera de los dos casos: de eso sólo tenemos la culpa nosotros mismos.