Por Manuel Estévez

José Gandour, lleva 20 años vinculado con la industria musical, como manager, periodista, empresario y realizador de videos, por sus manos pasaron entre otros  tres grupos claves de tres momentos bien diferentes del rock nacional: Hora Local, Catedral y  Pornomotora. Sus palabras son la de una persona que ha conocido el rock, su historia y su desarrollo en nuestro país y por eso es importante el testimonio de este Politólogo y Técnico en Audio, que nos trae nostalgia a quienes vivimos esa época y un referente histórico para la gente un poco más joven.

Manuel Estévez ¿Qué hace José Gandour?

José Gandour Trabajo con el negocio de la música, no soy músico, soy director hace 12 años de la revista Zona Girante.com, he sido manager y director de videos, colaboro con distintos medios impresos y web.

ME ¿Qué lo motivó a trabajar con periodismo musical?

JG Me gusta escribir, cuando empecé a hacerlo quería ser periodista político, pero después me di cuenta que el tema musical me apasionaba y fluyó más que el tema político.

ME ¿Y a ser representante de bandas?

JG Eso empezó cuando vivía en España en el año 87 o 88, acá escuchaban ‘Rock en español’ y empecé a contactar bandas españolas para ofrecerlas en Colombia y me vine en unas vacaciones con discos e información y me sugirieron mostrar bandas nacionales en España.  Mi hermano me presentó a la gente de Hora Local y le llevé un demo a Servando Carballar de Aviador DRO, quién recién había fundado un sello llamado ‘La Fábrica Magnética’, me recibió y se interesó en producirlos, no así a Sociedad Anónima, la otra banda que llevé. Lamentablemente el tema se diluyó y mi primera función como manager de la banda fue conseguir a Many Moure para que produjera el disco, lo cual sucedió en el año 90. Sin embargo, considero que mi primera experiencia real como representante fue con Catedral, antes era un groupie glorificado.

ME ¿Bueno y qué pasaba en Bogotá en ese momento?

JG Yo regresé en el año 90, en ese momento había pasado el boom del ‘Rock en español’, que fue el gran engaño de todos quienes estábamos involucrados y no teníamos ni idea de qué se trataba este negocio. Una banda actualmente tendría muchas más salidas y posibilidades, pero en ese entonces nadie sabía cuáles eran los pasos a seguir. Hubo propuestas interesantes pero que no tenían futuro por estar en el momento equivocado, aunque creo es irrespetuoso decirlo 20 años después.

ME  Ahora hay redes sociales, festivales, etc. ¿Qué herramientas había en ese entonces para promocionarse?

JG El voz a voz era muy efectivo, con las llamadas telefónicas y los afiches de fotocopia  llevábamos en promedio 300 personas a los eventos. Obviamente el sonido no era como el de ahora, quizá era la forma guerrera de trabajar lo que hacía que la gente sintiera sensación de pertenencia y apoyara a las bandas. Los conciertos eran rentables.  En un concierto de Catedral, Danny Dodge y El Zut llenamos el  Teatro Taller de Colombia donde cabían 700 personas,  se quedaron 200 espectadores por fuera.

ME ¿Era muy difícil entrar a la TV en esa época?

JG Nunca tuve contacto con la TV. Hubo una actitud estúpida de nuestra parte al sentir que si uno salía en esos programas la cagaba. Una vez el dueño de MTM me dijo que estaba buscando que Catedral saliera en un espacio de Jorge Barón yo le puse mala cara, pero él me dijo que si lo veía bien era trabajar con el Ed Sullivan colombiano, finalmente esto nunca se concretó. Teníamos mucho prejuicios, pero salir en TV no era tan difícil ahora que lo pienso, siempre les hacía falta material.

ME ¿Qué bandas cree hubieran merecido mejor suerte?

JG Cada uno es hijo de su época. Si uno pudiera retroceder diría que Catedral fue una banda que me emocionó mucho su sonido honesto y en otro momento quizá habrían creído más en su trabajo y hubieran sobrevivido más tiempo. Decirle a una banda a principios de los noventa que aspirara a vivir de su arte era mentirle, había presiones familiares, sociales y personales. Por suerte Aterciopelados nunca escuchó este tipo de palabras y siguieron adelante.

ME ¿Qué lo motiva a trabajar con una banda?

JG Que tenga canciones. Suena fácil pero no lo es. Es difícil encontrar bandas que hagan canciones. Algunas tienen retazos interesantes que componen una pieza pero eso no es una canción. En eso soy muy pop, me gusta el concepto Beatles de sacarnos la mierda en 3 minutos. Para mi una canción perfecta es ‘Song’ 2 de Blur, que dura 2:17. Comienza, lo lleva a uno y termina y uno no sabe que pasó. Cuando una canción, sea del estilo que sea, logra eso, es magia.

ME Creo que había una forma lírica bogotana en esa época ¿Porqué se diluyó?

JG Sería fácil culpar a esta generación de no leer, no escuchar música, ser perezosos, pero los acuso más de de hablar de cosas que no son la vida de ellos. Lo relaciono con la canción ‘Panic’ de The Smiths “Cuelguen al DJ por hablar cosas que no tienen que ver con mi vida”, más o menos por ahí va la cosa. Hay muchas posibilidades de escribir letras: ser poético, o ser un cronista o imaginar historias. Son más interesantes las nuevas bandas paisas en ese sentido.

ME Cambiemos de época ¿Qué recuerda de los primeros Rock al Parque, cómo se escogieron las bandas de Rock la Parque?

JG Eso lo hizo Julio Correal, no estuve en el proceso, pero él nos llamó a varias personas para que le sugirieran bandas. Las dos primeras ediciones se hicieron un poco a dedo, ya que no había otra forma, pero nadie se imagino el futuro de este festival. En el fondo fue buscar patrocinio en la Alcaldía para hacer un concierto.  Si se compara la parte técnica de esa época con lo de ahora uno se caga de la risa.  Sin duda uno de sus grandes puntos del primero fue la consolidación de Aterciopelados. También hubo muchas cosas románticas que a uno los inspiraban: hacer un concierto no violento en medio de la violencia colombiana, o el tema de Fuerza de paz que manejaban la cosa de una forma muy tranquila sin necesidad de armas.

ME ¿Qué edición recuerda especialmente de Rock al Parque?

JG Recuerdo la del 2001, duró 7 fechas y se expandió por toda la ciudad, tuvo un espíritu mucho más abierto en géneros, un festival grande sin exageraciones. Me gustó el 2005, fue la última versión en qué traje bandas.

ME  Antes había más espacios distritales para las bandas ¿Qué opina al respecto?

JG Opino que la función del Estado es impulsar y presentar el talento local, abrir espacios. Recuerdo por ejemplo las Noches de Rap & Roll en plena novena navideña. La función de instituciones como IDartes es extender este tipo de expresión cultural por toda la ciudad, asegurando que un importante porcentaje de su presupuesto favorezca este tipo de actividades. Uno no puede esperar a que la empresa privada cubra ese tipo de necesidades.

Esperé la continuación de esta entrevista.