Por Manuel Estévez

Mi mamá nunca ha sido buena bebedora, es más, lo admito mi mamá toma vino Cariñoso que por dulcecito y espumoso le sabe bien. Hace unos años pasamos un diciembre solos en la finca y nos pusimos a bailar, a al tercer pocillado de Cariñoso mi mamá andaba ya tomada y se puso a bailar sola con el pocillo de pareja, esa vez sólo teníamos un viejo casete de Niche que era lo mejor que mi tío Rafael tenía en sus “casetes de viaje”, era eso o el de Aura Christina Geitner cantando cumbias. Recuerdo a un amigo músico, que no voy a boletear, sacando excusas para no bailar ‘Nuestro Sueño’, en la adolescencia, con la chica que le gustaba, él no sabía bailar. También recuerdo que un vecino pianista nos estaba enseñando ‘Cali Pachanguero’ y como yo no me la aprendí. Eso era El Grupo Niche para mí, mis anécdotas familiares y de barrio.
Jairo Varela se fue dejando uno de los legados más importantes en la salsa colombiana. Entre 1979 y 2009 publicó 23 discos originales y otros más recopilatorios y era considerado uno de los mejores compositores del panorama musical colombiano. Cali, considerada capital de la salsa en Colombia y para muchos en el mundo, adquirió importancia y se visibilizó en el mapa en parte gracias a Niche y sus canciones clásicas.
Varela les compuso a todos. ‘Una Aventura’ emocionaba a los infieles, ‘Sin Sentimiento’ o ‘Cómo podré disimular’ a los despechados, ‘Hagamos lo que diga el corazón’ a los enamorados y por supuesto ‘Valle de Cauca’ o ‘Cali Pachanguero’ a la ciudad que lo vio nacer como músico, era oriundo de Quibdo en el Chocó, donde a los 8 años empezó su relación con la música.
Niche tuvo muchos vocalistas como Moncho Santana, quien grabó el himno ‘Cali Pachanguero’, Tito Gómez (antiguo cantante de la Sonora Ponceña) y su mejor época para mi gusto con Charlie Cardona y Javier Vásquez, esa de discos como ‘Cielo de tambores’ o ‘Llegando al 100%’. Luego en el año 95 vino el triste paso de Jairo Varela por la cárcel, simplemente por tocar en fiestas de mafiosos como lo hacían todos los artistas nacionales e internacionales del momento, se le acusó de enriquecimiento ilícito y perdió por casi 3 años su libertad, salió por buena conducta sin terminar la condena.
Esta noche me enteré de su muerte y la verdad me sentí triste, por el hombre, el artista y mi mamá, que le debió doler mucho. El problema es que no hay una figura de la calidad de Varela, y si bien la salsa penetró a la juventud del interior por La 33, es un género que está muriendo, igual al rock, comercialmente hablando, es más fácil poner un reggaetonero con una secuencia que mover una orquesta completa. Hay gente haciendo salsa en todo el mundo, pero por acá no la programan, vivimos de lo clásico, vivimos de gente como Jairo Varela. Paz en su tumba y que esta noche el cielo sea de tambores.
