Por Manuel Estévez

Toni Scott (1944 – 2012)
El mundo del arte es complejo y oscuro. Sus dinámicas hacen de los humanos seres de otra dimensión y a veces olvidamos que son iguales a nosotros, sólo que con caminos distintos. Recuerdo mucho el video de Wish You were Here de Incubus y la polémica por su alusión al puente en San Francisco donde tantos se han quitado la vida. La vida es una cuestión que se inicia e ignorar el final nos trasnoche. Ya lo cantó Nick Drake “The Pink Moon is on it´s way. And none of you stand so tall. Pink moon gonna get you all”, la luna rosa es como se conoce a la muerte en varias etnias. La vida se acaba cuando lo decidimos como en ‘My Generation’ “Better die before get old”, así son la vida y la muerte, un complemento, un gusto o una fascinación para algunos artistas.
El suicido ha sido siempre declarado como muerte en extrañas circunstancias como en el caso de Kurt Cobain, Marilyn Monroe o Natalie Wood, se tejen leyendas urbanas de asesinato, herencias o relaciones amorosas insanas paralelas. También hay quienes inexorablemente y de forma paulatina, fueron buscando el fin como Layne Staley (A quien Jerry Cantrell dedico su disco ‘Degradation Trip’), Anna Nicole Smith o Antonio Flórez. En la literatura hay varios casos como el disparo en el pecho de José Asunción Silva, según rumores por estar enamorado de su hermana. O la poetisa norteamericana Silvia Plath, quien a su vez tuvo un hijo suicida y que escribió en su poema ‘Suceso’ “El amor no puede venir acá. Se muestra como un negro abismo en el opuesto labio”. O la muerte extraña de Ernest Heminway, internándose en el mar como en su libro ‘El Viejo y el mar’.
Toni Scott, fue un director británico de grandes producciones. Tenía la costumbre de dirigir en pantaloneta y con una gorra rosada, eran sus agüeros. Era el hermanito del también director Ridley, recordado por películas como ‘Alien’ o ‘Blade Runner’. Hizo ‘The Hunger’, una película que me gusta mucho, y luego se dedico al Blockbuster en cintas como como ‘Top Gun’ o ‘GI Jane’. Paz en su tumba y en la de todos estos artistas que han encontrado su camino al astral de esa misma manera. El camino continúa.
