Manuel Estévez

“Es un pecado que de alguna manera
la luz esté cambiando a las sombras
y arrojando su manto
sobre todo lo que hemos conocido”
On The Turning Away
En el año 91, tuve la suerte de grabar el concierto ‘Delicate Sound of Thunder’ de Pink Floyd de la televisión nacional, lo vi muchas veces y me permitió acercarme de forma definitiva al sonido de esta banda inglesa. Yo ya era muy aficionado al disco ‘The Wall’, el cual escuchábamos en acetato en la mini discoteca de la casa de un amigo digamos “adinerado”. Este video me mostró canciones sobre todo del ‘Dark Side of The Moon’ y ‘Momentary Lapse Of Reason’, sin embargo había algo en el sonido que era distinto, no se oía tan oscuro y su dinámica era muy limpia y un poco New Age. Un par de años después supe la razón: ya no estaba Roger Waters.
Eran tiempos donde conocer de las bandas no era nada fácil, había que encargar la música y ver videos de forma libre era muy difícil. Por eso, no tenía ni idea que Roger ya no estaba con la banda y que además habían tenido una fea pelea con David Gilmour, quien era mi ídolo. Lo reemplazaba el bajista Guy Pratt, quien en una visita a Colombia le dio una bonita nota a Camilo Pombo para el programa ‘Esta noche si’.
La banda tuvo 4 etapas, sus inicios como banda Mod, muy influenciados por The Who; su posterior “psicodelización” al mando de Syd Barret; la etapa Sinfónica, oscura y grandilocuente con Roger Waters y la etapa luminosa con Gilmour, la cual se acabó debido a los altos costos que representaba su parafernalia en escena. Hoy en día son un recuerdo inmenso para el gran público que cautivaron.
El momentáneo lapso de la razón, cumple hoy 25 años de haber sido estrenado y es considerado por mucho como un disco solista de Gilmour, a ratos me incluyo. Es una producción abierta, introspectiva y llamada a la reflexión, muy esperanzadora. Abre con la instrumental ‘Sing of Life’, una pieza delicada con énfasis en los sintetizadores; luego viene la hermosa ‘Learn To Fly’, una de mis canciones favoritas de la banda; continúa la antibélica ‘Dogs of War’, la más Waters del disco; ‘One Slip’, es una pieza coescrita entre Gilmour y Phill Manzanera (Roxy Music), muy pop rock y digerible; luego viene la hermosa ‘On The Turning Away’, una canción sobre como sobrellevar una vida dura, mi otra favorita del disco; ‘Yet Another Movie’, tiene la esencia oscura de otras épocas; ‘A New Machine’, es una vibrante pieza inglesa con sonidos muy cercanos a Mike Oldfield y la impresionante guitarra de David Gilmoure; ‘Terminal Frost’, muy fría como su título; ‘A New Machine pt 2’, es una oscura y potente canción rock con distorsión y ambiente; El disco cierra con ‘Sorrow’, recargada de sonidos y extensa.
Es triste el fallecimiento de Richard Wright, teclista, segunda voz y espíritu de muchas de las canciones de esta banda. Fue bello para quienes presenciamos su reunión en el Live 8, luego de la cual Gilmour desmintió una verdadera reunión, pero aceptó haber limado sus asperezas con Waters. Pink Floyd nunca se volverá a unir como banda original.
El concepto del arte del disco estaba ligado a las camas, las que nunca volveré a ver igual, porque luego de escucharlo comprendí que no sólo sirven para dormir, también se puede soñar en ellas. Larga vida al Rock y a piezas tan fascinantes como esta.
