Por Manuel Estévez
Fotografía Gina Navarro – Manuel Estevez
La Casona de la danza fue el lugar escogido para que la prestigiosa coreógrafa norteamericana Carolyn Carlson, dictara un clase a estudiantes de danza colombianos. El tema principal fue el manejo del espacio y el tiempo, aplicado a la improvisación y el manejo del cuerpo. El acompañamiento musical estuvo inspirado en la naturaleza. El músico Miguel Serrano, quien ya había sido escogido en una ocasión para acompañar a la artista, resaltó que les permite improvisar pero siendo muy conscientes del tiempo para marcar los pasos, además del gusto de la coreógrafa por la música étnica.
Los estudiantes concordaron en que la clase fue muy dinámica y además inspiradora por el estilo que plantea Carlson. Juan Caicedo, profesor de danza, sintió que aunque no es el estilo de danza que practica encontró puntos en común y exaltó la experiencia de Carolyn. Ana María Ángel, sintió que el punto de vista de Carolyn es muy distinto al que se maneja en Colombia ya que se enfoca más hacia la apropiación corporal que hacia la técnica.
Carolyn Carlson nos contó que había niveles de danza distintos en la clase, el año pasado había dictado un taller de 5 días y se veían los progresos, en una sola clase es difícil notarlos, pero resaltó la pasión y la energía de los bailarines colombianos. En esta ocasión dictó el tema del manejos del espacio pero también enseña temas como la emoción y la conexión, esta vez escogió el tema de espacio y tiempo por considerarlo muy importante.
La clase fue interesante porque fue un acercamiento práctico a la danza contemporánea y sus movimientos libres. En algún momento comentamos que nos daban ganas de participar debido a esta naturalidad manifiesta. La sencillez de Carolyn y su paciencia permiten que el estudiante revise detalles básicos de su trabajo de una forma muy tranquila y sin mitos. Es bueno ver a tantos chicos haciendo bien las cosas y buscando un camino en el arte. Un gusto haber conocido a esta gran artista e interactuar de la forma que lo hicimos.
Agradecimientos a Amanda Talero de Idartes
