Por Manuel Estévez

El director oceánico Lee Tamahori (Fuimos guerreros) nos presenta su película ‘El Doble del diablo’, una cruel reflexión acerca de los abusos del poder en Irak durante el gobierno de Saddam Hussein y su familia. La historia, basada en hechos reales, cuenta la historia de Latif Yahia, un héroe militar de la guerra contra Irán que fue obligado por Uday, hijo mayor de Saddam, a ser su doble en virtud al gran parecido físico entre los dos.
Esta película me recuerda bastante al ‘Calígula’ de Tinto Brass, por el poder desmedido de Uday sobre todo, especialmente por su apetito sexual, que lo lleva a secuestrar y violar prácticamente a cualquier jovencita que se atraviesa en su camino. Una figura desequilibrada y todo poderosa, sin límite ni autoridad distinta a la de sus extraños deseos y el temor que sentía por su padre. También me trajo a la memoria al gran escritor Alfredo Iriarte y su libro ‘Bestiario tropical’, un texto basado en las locuras de los dictadores y presidentes latinoamericanos, que de Iriarte estar vivo tendría copioso material entre nuestros mandatarios continentales y uno que otro expresidente y Alcalde.
El elenco está encabezado por Dominic Cooper (El Capìtán América) como Latif y la siempre sensual Ludivine Sagnier (La Piscina), que lo he de decir como su admirador, se ve mejor rubia. Como valor agregado, la muerte es un elemento significativo y no un arrume de cadáveres sin sentido.
La historia de Latif ha sido motivo de controversia y aún hoy se considera inconsistente, tras varias investigaciones periodísticas y de la CIA. Lo realmente cierto es que Uday fue llamado ‘psicópata’ por el expresidente egipcio Hosni Mubarak, luego de verle asesinar de manera salvaje a un empleado de su padre (Hecho que aparece en la película) y su crueldad y actos repentinos de locura fueron bien conocidos por la opinión pública y llevaron a su padre a tomar la decisión de nombrar como sucesor en el poder a su hermano menor Qusay .
La banda sonora tiene interesantes agrupaciones new wave y tecno pop de los ochenta como Depeche Mode, Dead or Alive o Frankie Goes to Hollywood. Es una película de acción con bellos fondos desérticos, buena producción y una bonita fotografía. Carros lujosos, discotecas, bellas mujeres y luminosidad en medio del panorama de la dictadura y el clima agreste.
Es una historia bien contada, con altas dosis de acción y mucha humanidad en juego. Resulta triste pensar que esto puede suceder en estos tiempos de aparente humanización y protección de los Derechos Fundamentales. La vida y la dignidad no pueden valer tan poco. Si le gustó mi reseña véala, seguro le va a gustar la película, sino igual véala y cuénteme qué tal le pareció, nunca debemos creer en absolutistas.

por sus comentarios parece ser una pelicula entretenida si asi se le puede llamar,miremosla para ver q tipo de reflexion nos puede dejar sobre el tema, q puede resultar el mismo q vivimos aca siendo el nuestro mas folklorico mas criollo,miremos a ver.
Yo pensé lo mismo, venimos de un país violento y es duro ver la violencia en otras partes del mundo. Un saludo y gracias por escribir.