Por Manuel Estévez

Simon Curtis nos presenta su primera película ‘Mi Semana con Marylin’, una delicada pieza. Inspiradora y reflexiva de las exigencias que planteó el cine en los años sesenta, además de articular su narración en torno a la figura de Marylin Monroe, su mito y el efecto que causaba en los hombres. Un entrado en años Laurence Olivier (Kenneth Branagh), en su deseo de volver al panorama mundial y de paso acostarse con el símbolo sexual más importante de la época, invita a Monroe (interpretada lujosamente por Michelle Williams) a actuar en una película adaptada de una obra clásica del teatro y esta acepta gustosa con la idea de consolidarse como actriz. Todo marcha bien hasta que Marylin empieza a sufrir de fuertes depresiones y a ser consumida por el terror que le produce actuar en este medio distinto, es ahí cuando aparece Colin Clark (Eddie Redmayne) un joven asistente, quien se convierte en su protector, no sin caer víctima de los encantos de la rubia.
Esta es una película icónica y que me hace reflexionar personalmente sobre lo impactante que debió ser Marylin y todo lo que proyectaba como mujer. Siempre tenía la frase correcta para desarmar, coquetear y ser el centro de atención entre la gente del común, pero su timidez ante sus colegas era irremediable. Cómo una estrella de esa magnitud puede tener dos facetas tan distintas y cómo el mundo de Hollywood, a su vez, difería tanto del refinado medio cinematográfico inglés.
La historia está basada en los libros autobiográficos de Colin Clark y posee una cinematografía que ambienta muy bien la Inglaterra de los años 60. La música está a cargo de Conrad Pope quien ha trabajado como orquestador en banda sonoras como ‘Harry Potter’, ‘La Era del hielo’ y ‘Matrix Revolutions’.
Me resulta completamente imposible hacer una crítica objetiva de la película por todo lo que representa para mí. La narrativa casi documental que logra y que como periodista me resulta como una elaborada entrevista. El acto de presenciar a una estrella de ese calibre. El interés determinante en conocer los sets de grabación. Y sobre todo el hecho que vi la película ‘Some Like it Hot’, siguiente producción en la filmografía de Marylin, con mi madre en uno de los más felices fines de año que jamás tuve. Todo eso me hace parcial, nunca me había sentido tan compenetrado con una película sin que me hubiera parecido perfecta y seguramente no lo es.
Esta es una película recomendada para todos aquellos que hemos soñado con conocer a grandes estrellas del cine, que nos interesa el cine y su historia, que admiramos una buena actuación y que sentimos fascinación por la persona tras el mito. En este año que se celebran 50 años de la muerte de Marylin Monroe. Pero como siempre lo digo y lo reafirmo especialmente para esta reseña, esa fue mi apreciación, cuéntenme la suya.
