Amanecer II, el fin de la saga

Por Zully Pardo *

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Fotos Cortesia Cine Colombia

Lo que empezó el 2 de junio de 2003 como un sueño de la escritora Stephanie Meyer en el que un joven excepcionalmente apuesto se encontraba con una chica en un claro de un bosque, se convirtió más adelante en una de las escenas más emblemáticas del libro Crepúsculo que sería publicado dos años más tarde por el grupo editorial Little Brown y llevado a la pantalla en 2008 bajo la dirección de Catherine Hardwicke con la actuación de Robert Pattinson como Edward Cullen —el atractivo vampiro eternamente adolescente— y Kristen Stewart como Bella Swan, una chica humana con un magnetismo especial para meterse en líos (¿o torpeza innata?) y para atraer seres sobrenaturales, básicamente vampiros y licántropos.

Esta película alcanzó a recolectar tan solo en Estados Unidos 192,7 millones de dólares en ese año, además de 199 millones fuera de las fronteras estadunidenses y todo con un presupuesto de unos escasos 40 millones.

La historia de un amor prohibido y lleno de dificultades entre esta pareja sería el hilo conductor de los siguientes libros de la saga: Luna nueva, Eclipse y Amanecer, una serie compuesta por varios elementos infalibles al momento de crear un bestseller: el amor prohibido, la pasión reprimida, algo de acción, belleza, riqueza y un poco de sangre.

Por demás, los sentimientos más primarios y complejos son llevados tanto a la pantalla como al libro. El triángulo de amor vampiro-humana-licántropo (Edward-Bella-Jacob) se convierte en una constante y es el lector/espectador quien, junto con Bella, toma su decisión y se pone la camiseta de su equipo: Team Jacob o Team Edward mientras en la trama tanto licántropos como vampiros intentan mantener el equilibrio y la paz muy a pesar de que los Vulturi, el clan más poderoso de vampiros del planeta, les busca el quiebre.

El inesperado y exitoso fenómeno editorial de la saga Crepúsculo fue un campanazo para quienes creyeron que con Harry Potter las sagas llegarían a su fin. Aunque se tratase de una serie de libros fáciles de leer, este ingrediente sería realmente el gancho para el público lector y espectador: ausencia de figuras narrativas complejas, con finales de capítulos y de los libros en pico y con personajes que, aunque son planos, permiten una  fácil identificación con ellos —especialmente las chicas con Bella—.

Cada uno de los títulos de esta saga fue llevado a las taquillas. Luna Nueva, en la que relata cómo Edward deja a Bella y ella, en medio de su dolor, se acerca a Jacob,alcanzó a recoger la cifra total de 296,6 millones de dólares en Estados Unidos y en el mercado internacional supuso 413 millones.

Por su parte Eclipse, en la que ganan protagonismo los malvados vampiros del clan Vulturi, alcanzó los 300 millones en Estados Unidos y a nivel internacional el dato descendió hasta los 397,9 millones.

Ante este éxito, y teniendo en cuenta que el libro que cierra la saga es el más extenso de todos, Summit Entertainment decidió dividir la cuarta y última entrega de la saga —Amanecer— en dos películas. La primera de estas, en la que se espera al fin la boda de Edward y Bella, alcanzó a recaudar solo en Estados Unidos casi 130 millones de dólares, y aunque parece que el fervor vampírico tiende a mermar, son aun millones de fans los que esperan con ansias la última entrega de la saga que promete ser menos romántica y estar cargada de muchas más escenas de acción, pues el enfrentamiento entre los Cullen y los Vulturi será definitivo.

Las películas generarían una dicotomía: las lectoras —pues la mayoría de seguidoras son mujeres— no solo verían en los libros un objeto de culto, sino que adorarían a los actores tanto como si se trataran de los verdaderos personajes de Meyer.

Fue así como en los blogs de los fans poco a poco los chismes de farándula alrededor de Kristen Stwart, Robert Pattinson y Taylor Lautner desplazarían las discusiones literarias y los fanfics que los libros generaron en un principio.

Los personajes

El modelo femenino de la saga Crepúsculo es un tema en el que valdría la pena profundizar, y es que dicen quienes han estado más cerca a la saga que la influencia de la religión de Meyer en su escritura no es en vano. Al ser mormona, sus personajes tienden a ser algo conservadores en diversas situaciones. Se ve en la película, se ve en los libros. Una de esas particularidades es la actitud de Edward frente al sexo y las reacciones de Bella tratando de acercarse a él.

Bella, además, suele ser una chica excesivamente obediente respecto a lo que decida su pareja. Lo que dice Edward, ella lo hace, y parece ser validada por su presencia o su palabra.

Por otro lado, los personajes masculinos manejan unos arquetipos de ideal de hombre que son tan perfectos que solamente se encuentran en la ficción. Además, proponen una realidad inalcanzable, materialista, pero tentadora: vida eterna sin dolor, belleza absoluta, dinero sin límites, poderes “mágicos”, etc.

Con el estreno de Amanecer II el próximo 16 de noviembre se cierra para muchos una etapa. No solo se trata del final de una serie de películas, es el fin de un fenómeno que marcó la vida de cientos de seguidores de la saga Crepúsculo que empezaron a leer los libros a los trece años y hoy ya son adultos de veinte.

Como si se tratara de la marca de una generación, el tema del amor vampírico parece haber llegado a su fin —tampoco habría de dónde más sacarle jugo— mientras que la literatura tildada con el sello de “romance paranormal” le abre paso a otros temas quizás más épicos o trasgresores. Aunque la franquicia se niegue a cerrar este capítulo y hayan rumores sobre la posible aparición de la novela inédita Sol de media noche en la que se narraría la saga desde el punto de vista de Edward, hasta el momento no hay nada confirmado.

*Asistente editorial y de comunicaciones de Alfaguara infantil y juvenil durante el lanzamiento del libro ‘Amanecer’.

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