Por Manuel Estévez

El Armenia Sound Fest se realizará en esta ciudad este fin de semana. Presenta un cartel de bandas locales, nacionales y una internacional todo por un módico valor de $5000. Tuvo algunos problemas logísticos y su programación se redujo a un día y se canceló a la banda norteamericana Deicide. Esto ha ocasionado el estupor de las personas, comentarios groseros y una campaña de desprestigio entre los mismos habitantes del eje cafetero. Las excusas de la organización están basadas en incumplimientos estatales de dineros que les habían sido prometidos que por lo expresado no han sido entregados en las fechas acordadas.
Esto me recuerda mi vieja charla con el periodista Pepe Plata de los famosos conciertos de $5000, valor que llevamos cobrando hace quizá 15 años por la entrada en los conciertos. El rock local y la escena independiente en general, han sido subvalorados, pareciera un acto de caridad ir a pagar 5 o 10 mil pesos para un artista local. La gente en Armenia en sus mensajes de tono muy subido reclama por lo que creo es justo, hasta cierta medida, las cosas deben tener una calidad mínima y así mismo de debe cautivar al público. Sin embargo me surgen varios interrogantes. ¿De qué les sirve a los músicos que los feliciten por Facebook en su día? Cuando ese apoyo no se manifiesta en lo real (asistencia a conciertos y compra de discos) ¿Cuál es el famoso cambio qué exige la gente en los festivales públicos? Si no se toman la molestia de investigar, estar actualizados en la movida musical mundial y ellos mismos piden las mismas bandas año tras año ¿Para qué hacer gestión cultura? Si cuando se busca apoyo estatal este es escaso, supeditado a burocracia y revisado permanentemente según el “presupuesto” asignado; cuando se busca apoyo privado generalmente estas empresas aseguran su presencia con el respaldo de bandas de moda que tocan géneros de moda (es su plata y están en su derecho).
Recuerdo también a Angel Perea quién hace un año escribió en su Facebook que cuándo Jimy Hendrix o Miles Davis habían tenido que rogar por votos para que los tuvieran en cuenta en algo. Yo recuerdo la única vez que como músico participé en una votación para escoger al telonero de un artista internacional y finalmente la organización no puso al ganador sino a uno que tenía un DJ entre sus miembros y así mató dos pájaros de un solo tiro. Alguien me dirá que el mundo ha cambiado y yo le digo si, ha cambiado, pero a favor de todos menos el artista.
Otro punto valioso es la exagerada forma como se inflan a los grupos del momento y la falta de humildad y conciencia de nuestros artistas. El guitarrista y productor Juan Pablo Villamizar me decía que el músico debe ofrecer un trabajo con calidad que a la gente le guste para que así esta asista y rogaba a sus colegas no fregar más con el tema de la falta de apoyo. Hay que hacer cosas de calidad, no hay que creernos el cuento que somos potencia musical. Eso nos debe hacer esforzarnos más para que sea una realidad. Esa es obligación de los artistas y de los promotores de sus eventos.
Orgullosamente con Revista Sono pusimos nuestro granito de arena este año para que a 1280 Almas les llegaran 1200 espectadores al Gaitán o para que en un pequeño evento 120 personas fueran a la reunión tras muchos años de Hora Local. De igual manera siempre hemos creído siempre en la música honesta y en las personas sobre las maquinarias. De esta forma hago un llamado a los medios independientes y a las bandas a aliarse de forma más cercana y empezar a trabajar en un verdadero equipo.
Yo he formado parte de toda la “cadena alimenticia de la música”. He sido profesor, sonidista en eventos pequeños (No me creo ingeniero de sonido), promotor, músico, roaddie, periodista y sé lo que es vivir de la música integralmente de una manera muy digna (quienes me conocen pueden dar fe de eso). Yo no digo que hay que apoyar cosas mediocres y nunca lo diré, por el contrario estoy harto de la mediocridad del arte en nuestro medio, digo que iniciativas jóvenes como el festival del Armenia merecen apoyo y respeto ¿O ustedes creen que es muy fácil hacer un festival de esa magnitud? Debemos ser cultos para exigir, yo no he visto que el común de la gente tomé acciones tan fuertes cuando se refieren a las EPS que los sacan con una pastilla de acetaminofén para la casa o las empresas públicas cuando prestan mal un servicio. Nos ensañamos en quien podemos, eso es un acto cobarde y que a título personal me indigna. La suerte del festival no es mi responsabilidad, lo es dar mi opinión y la de otros que estamos cansados de ver cómo la gente se indigna por pagar para ver a un artista lo mismo que vale una hamburguesa, dos cervezas o un cuarto de aguardiente, los mismos 5000 pesitos.
