Por Manuel Estévez
@Sonoadicto

La nueva versión de Blade Runner no tiene a Rugter Hauer con la paloma en la lluvia, no tiene a Sean Young dando botes mortales y tampoco tiene a Vangelis. Es una replicante de la película de 1982.
El realizador canadiense Denin Villeneuve captó de manera muy delicada el espíritu visual de la original y logró hacer en pleno 2017 una película de ritmo ochentero, sin ser contemplativa se toma su tiempo ser contada.
La música, esta vez a cargo de Hans Zimmer, se torna en un clon entre el trabajo original de Vangelis y los aparatosos y oxidados sonidos de Johann Johansson, colaborador habitual de Villeneuve y primera opción para este item. Tiene momentos muy bellos y otros desesperanzadores, sintéticos.
Ryan Gosling es un actor raro. Usualmente inexpresivo en las películas de Nicolas Winding que lo rescataron de ser un rubiecito galán de comedia romántica. Acá sale en versión macho sensible. Lo hace bien y se siente muy creíble.
La contraparte es Jared Leto, un actor demasiado encasillado en papeles de freak. Un papel hecho muy a su medida. Es el falso y delirante profeta presente en muchas películas de ciencia ficción.
Nunca fui tan fan de la original y tuve la idea que esta iba a ser una versión edulcorada y para nada. Es un triste e implacable reflejo de un futuro cercano que casi podemos tocar ya. El mundo apocalíptico que nos presentaron hace treinta años no ha mejorado, es peor. Es un distopía oscura, sin emociones y densa, nada complaciente con el espectador.
Harrison Ford actúa enserio. Luego de varios años de papeles calcados, logra otro acento, otra expresión. Y no se ve como el anciano decrépito que Hollywood y él mismo se han empeñado en mostrar.
Como toda película destacada y esperada, últimamente, ha generado sensaciones opuestas. Quizás a los fanáticos de Roy Batty les pueda faltar más profundidad y sensibilidad concatenadas con los hechos vividos por Deckard años atrás.
Para cerrar. No es una producción para todo mundo. Es geek por naturaleza y requiere un esfuerzo mental por las casi tres horas de duración, un riesgo que pocas veces un estudio toma. Es una película que se puede ver divinamente en 2D. La recomiendo por su música, su narrativa y brillante estética. Estimo, aunque me fusilen, Villeneuve es un director más sólido y regular que Ridley Scott. Véanla con calma, en la tarde y sean pacientes, la recompensa aguarda en los detalles.
