La Teratofilia de Guillermo del Toro

Por Manuel Estévez

@sonoadicto

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Teratofilia: atracción por los monstruos

La impresión que da de entrada la película La Forma del agua es presentar de manera poética la escandalosa historia de los arrumacos de una muda y un ser anfibio y pues crudamente eso podría ser, pero va más allá. Sobre todo si usted ha seguido la carrera del director mexicano Guillermo del Toro.

A lo largo de estos años, del Toro ha criticado el fascismo de manera abierta, ha denunciado los excesos de autoridad, el maltrato y los abusos del poder. Es un director político como pocos pero que ha logrado camuflarse en su raro cine.

La fantasía como escape a la realidad ha sido la constante. Puede ser un niño fantasma en un orfanato, un fauno que cuenta historias o una joya que hace inmortal a quien la posee. La triste vida de personas del común ha sido cambiada por hechos extraordinarios.

Muchos de sus personajes son rebeldes dispuestos a desafiar el establecimiento y buscar el bien de quienes aman. El amor interespecie como Hellboy y su novia o el anfibio y la muda abre la posibilidad del realizador de plantear un amor libre, todas las implicaciones que esto conlleva.

La Forma del agua mantiene su estructura como fábula. Es un sencillo guión que me recordó mucho la película ochentera Splash, con un Tom Hanks impuber y una Darryl Hanna muy exótica. Resume y condensa en gran medida la obra de Guillermo en una narración sin muchos sobresaltos, predecible pero muy bonita.

Se destaca la tremenda actuación de Michael Shannon, un olvidado en los diferentes premios, que realmente intimida como un ignorante y violento agente del FBI. Sally Hawkins realiza un papel muy bonito y artístico, entre tierno y muy sexual, desplegando su recorrido por el cine, la televisión y el teatro.

Doug Jones, habitual colaborador del director, reinterpreta el papel del hombre pez de Hellboy de una manera correcta. Octavia Spencer y Richard Jenkins ponen el humor en la justa medida de la situación.

La música de Alexander Desplat, justa ganadora del Globo de Oro, es muy bella y conduce la narración de una manera magistral.

Esto configura una bonita película que no lo va sorprender en su guión pero lo va a hacer reflexionar sobre el mundo, la individualidad de las personas y el hecho de respetar al diferente. Siempre evaluando dónde están los verdaderos monstruos. Efectos visuales sutiles y todo este universo de Guillermo del Toro al servicio de una historia de amor.

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