Por Manuel Estévez

@sonoadicto

  Marina no es más Daniel. Es una mujer transgénero en una sociedad que profesa tolerarla, incluirla y quererla; pero al incumplir esas premisas y la lleva al límite. Nadie entiende o asimila ni el caso ni la personalidad de Marina y la tratan como un sucio fenómeno de circo.

Candidata al premio Oscar por Chile como mejor película en lengua no inglesa, La Mujer fantástica es una historia conmovedora, poderosa, bien actuada y bellamente presentada. Marina es una mujer a la cual le sociedad le niega su derecho a serlo. Vulnerada y discriminada simplemente trata de vivir su vida sin meterse en la de nadie más.

Esta historia dignifica la situación de su protagonista, sin hacerla lastimera. Nos presenta a una mujer fuerte, y al mismo tiempo humana, pasando por un muy mal momento. Aplauso sostenido para la actriz Daniela Vega, quizá usando el método para alimentar su personaje con experiencias propias, pero con una fuerza y ángel impresionante.

El director Sebastián Lelio narra de manera muy sencilla el drama de una mujer que pierde a su pareja. Se vale de una música increíble compuesta por Matthew Herbert y un ambiente surreal para contarnos e incluirnos en la historia. El ambiente y tono de la película recuerdan mucho al cine brasileño de los setentas..

En otro momento sería fácil burlarse de cualquier persona. Hoy en día se presiona a la sociedad latina para tratar de entender, aceptar e integrar. Nos la tiramos de modernos pero es difícil cambiar pensamientos arraigados en la cultura popular. La mujer fantástica es una deidad, una alegoría a cuan grandes podemos llegar a ser para estar a la altura de las circunstancias.