Por Manuel Estévez

@RevistaSono

Cuando me hablaban de la primera película de DeadPool todos los halagos se dirigían a su humor negro, su incorrección política, su vocabulario subido y su exagerada violencia. Al verla no me emocionó del todo en estos aspectos, no vi nada taaaan fuerte o que me fuera ajeno y recordé otros cómics (y sus versiones cinematográficas) mucho más pesadas como Spawn o Watchmen. Para mí fue un rato de diversión fácil.

DeadPool 2 es otra cosa. Desatada, irreverente, caustica, muy sangrienta y sobre todo hilarante. Cumple con creces en todas las premisas que prometía inicialmente su predecesora.

Ryan Reynolds se la jugó coescribiendo, produciendo, actuando y burlándose de sí mismo. Josh Brolin, magnífico, representa al súper soldado Cable. El X men que hacía falta ver en cine es increíble. Resulta muy chévere ver personajes mejor configurados que en las películas de los hombres equis. Personajes definidos y estructurados no dejan grietas y resultan una radiografía detallada de la vida moderna detrás de todo el humor y los efectos especiales.

Funciona por sí sola y como parodia de James Bond, X Men, Logan, etc. Pocas cosas se escapan de la aguda lengua de DP. No se guarda nada y no respeta a nadie. El universo DC es objeto de pesadas burlas.

DP es una pieza de entretenimiento. Si bien se requiere tener nociones del universo de superhéroes y la cultura gringa para entender todos los chistes, a mi lado una pareja mayor se reía a carcajadas.

Reynolds ha dicho que no le importa encasillarse en el personaje y desea hacer más partes. Esta película está al límite de la payasada, la dosis justa, si se pasa terminaría como Adam Sandler y sus decrépitas películas. Por ahora es la película más divertida de héroes del año, sincera, cruda y chistosa a más no poder.