Por Manuel Estévez
@Sonoadicto
Loftus Hall es un castillo irlandés célebre por las historias de eventos paranormales que se le adjudican. Aparece en varios rankings junto a lugares como Amityville y Boleskine House (casa del ocultista Aleister Crowley) como uno de los sitios más embrujados del mundo. Se dice que un hombre con pezuñas de cabra visitó el lugar y lo llenó de energía negativa, la hija del dueño enloqueció y murió congelada en su habitación. Desde ese entonces se rumora que los fantasmas deambulan por esta inmensa mansión y no dejan de atormentar a los visitantes.
Objetivo de numerosos especiales televisivos y programas de la nueva camada de investigadores paranormales. Es, actualmente, un destino turístico misterioso al cual sus visitantes van a ser asustados y numerosos testimonios confirman su maldad.
Brian O´Malley, director recordado por el thriller Let Us Prey (2015), escogió Loftus Hall como locación para su película Los Inquilinos. Una película de horror de corte clásico gótico que nos lleva a la Irlanda de los años veinte posterior a la primera guerra mundial.
Una fuerza maligna protege a dos hermanos que viven en una misteriosa casa. Visiones en el bosque, cuervos negros, ropa interior incómoda, prótesis de piernas, erotismo impropio, humanos viles y más, son los elementos presentes en esta obra y que resultan muy característicos del subgénero.
Es una película sustentada en su estética y en el tono oscuro que mantiene. No es un trabajo de sustos y sobresaltos sino de suspenso continuo. La fotografía e iluminación juegan un papel determinante como apoyo para la trama. Igualmente tiene efectos visuales bien logrados pero medidos a las necesidades de la narración.
La trama languidece un poco y por momentos le falta fuerza. Se contagia mucho de una atmósfera romántica remarcada por la personalidad de la protagonista (Charlotte Vega). Es una narración que recurre a un lenguaje tradicional del género como una las múltiples búsquedas que mantiene el cine de horror.
Estreno 19 de julio.
