Tres días en el Valle de Aburrá

Por Manuel Estévez

@Sonoadicto

Esperemos que Danny Aiello no se moleste por nuestra casi usurpación del nombre de su película.

Medellín es una ciudad que me ha gustado siempre. Había venido antes a tocar, estudiar y visitar. Por fin por primera vez cubrí este año el festival Altavoz y me traigo a Bogotá muy buenas sensaciones.

Decidí viajar por tierra solo, el resto del equipo se fue por avión. Había amenaza de problemas con el clima pero ustedes saben que soy un terco de aquellos. Compré los pasajes con anticipación. El viernes en la mañana anunciaron que la carretera estaba cerrada; a la hora dijeron que sólo un carril, pero baah, me fui.

Partí de Bogotá el viernes en la noche. Fue un viaje agotador. Doce horas. Un camino regular y varios puntos donde rocas de un metro cúbico adornaban la vía y nos recordaban nuestra fragilidad. El bus era cómodo y me llamó la atención que ofrecía en las opciones de música una carpeta de grunge y otra de éxitos de los ochenta. Así que viajé oyendo Soundgarden, Dinosaur Jr y REO Speedwagon, entre otros.

Un derrumbe cobró la vida de un chico esa madrugada. Un bogotano que iba para el Altavoz. Me enteré hasta el día siguiente cuando llegué al Estadio Cincuentenario, lugar donde se realizaba el festival. Una lástima, si alguien que me lea era su amigo o familiar, le mando mis sinceras condolencias.

La música me guió. Ya escuchaba el estruendo. Estaba emocionado y entré para ver el espacio y ubicarme. Me encontré en un polideportivo divido por rejas que presentaba dos escenarios. Uno principal con mayor aforo y otro más pequeño armado en un lateral.

Muy puntal, como todo el evento, empezó la presentación de Uraba Conexión. Bandota. Rap y folclore en una medida justa. Veía poca asistencia y pensé que no era un evento tan popular después de todo. Instintivamente fui a a sala de prensa a ver si había entrevistas y efectivamente hallé varios periodistas preguntando. 

Continuaron los artistas. Alkaman con un reggae bien ejecutado y quien subió a su mamá para dedicarle una canción. El artista de hiphop Shama Joo empezó con complicaciones de sonido pero lo hizo muy bien. El escenario principal estaba en ese momento para el rap y el alternativo para el rock.

Con el rock vino una fuerte lluvia. Volqueta Espacial me recordó el sonido de Revólver Plateado. A la mitad de su presentación el cielo se rompió y nos refugiamos en una carpa, mientras yo me ponía un impermeable de las Tortugas Ninja que había comprado previniendo. El clima no desanimó al público que continuó como si nada.

Ya hacía sol cuando subieron los mexicanos de San Pascualito Rey. Un show potente entre lo místico, lo tradicional y lo rockero. La organización cubrió el terreno de tal manera que aunque nos mojamos no se enlodo, benditos sean. La Sinfóniska dio un concierto poderoso con clásicos del rock en instrumento de viento y wall of death incluidos. Ahí ya el evento no se veía tan solitario.

Electric Mistakes ahora toca con una chica de Cruel Cruel y otra de Stallone en un formato de cuarteto que les sienta mucho. Les brinda otras posibilidades y los hace más sólidos. En el otro escenario los experimentados Dmoe y Laberinto daban cátedra de rap, excelentes presentaciones. Luego Tres décadas de hiphop en Medellín reunió a muchos artistas de diferentes generaciones de la ciudad. MC´s, Dj´s, breakers tuvieron su momento en tarima.

No soy fan de Krápula pero debo decir que se fajaron un espectáculo tremendo. Prendieron el parque y lograron hacer que cada uno de los asistentes se quitara una prenda y la levantara en señal de alegría y de protesta .

Como 40 años de experiencia debe tener la banda inglesa Bad Manners. Eso no fue impedimento para que su vocalista Buster se tomará una foto conmigo, siendo muy gentil. Su show fue seguido por un grupo más o menos grande de skinheads que asistieron seguramente sólo por verlos a ellos. Esa noche se cerró con el bonito show de los californianos Hepcat, ska original y muy refrescante.

El domingo fue el día fuerte. Casket Grinder es una banda paisa de metal extremo que convocó en la apertura de la tarima alternativa a un importante numero de personas. Me llamó la atención ver tantos metaleros bien veteranos entre el público. Athemesis sorprendió por la capacidad vocal de su cantante y el buen ensamble que presentan. Metal gótico con tintes operáticos. Buena puesta en escena.

Nix presentó un buen show en un momento en que la tarima principal se empezaba a llenar. Caminé de un escenario a otro. Me gustó mucho el trío panameño Aborigen, me recordó el sonido noventero de Nailbomb. Algo de metal industrial, muy pesado y con mensajes ecologistas. Los neoyorquinos Judge dieron cátedra con sus tres décadas de experiencia en el hardcore. Luego de ellos Medellín dijo presente con propiedad, Witchtrap bandota. Desde el año 92 dándole al thrashmetal. Tremendo poder.

En la tarima alternativa se cambió el chip. La banda pastusa General Bong presentó un magnifico show de rock alternativo. Capacidad instrumental y buen desarrollo vocal. Este espacio cerró con el interesante ensamble Blues en Medellín donde cantantes, acordeoneros, MC´s, guitarristas y otros músicos de la ciudad dieron riendo suelta a la improvisación.

Angeles del infierno emocionaron a la audiencia a punta de clásicos. Maldito sea tu nombre, Sombras en la oscuridad y Al otro lado del silencio, entre otras, fueron intensamente cantadas por los asistentes. Fueron los únicos artistas con trayectoria que no aceptaron asistir a la rueda de prensa en una actitud jarta.

Al día siguiente aproveché y estuve con mi familia y solucioné cosas relacionadas con el viaje. Llegué ya entrada la tarde a Altavoz. Fui recibido por el vibrante, rumbero y enérgico show de los brasileños Muntchako. Simplemente tremendo desde lo musical, lo dancístico y lo experimental. A muchos les aburre el show de El mató a un policía motorizado, a mí me gusta la nostalgia de sus letras y lo retro de su shoegaze. “Amigos. Hagamos una banda de rock and roll…”. Luego vi el pop indie de Goli, música para escuchar con calma. Los Gemelos siniestros tuvieron un brutal live act, tecno bien sabroso y oscuro. En ese momento se preparaban para salir la que a la postre fue la mejor banda del festival: The Adicts. Un show lleno de magia circense, improvisación, mucho punk y un estadio que rugía cada una de las canciones de la banda. Se robaron nuestro corazón además en la rueda de prensa, unos señores muy bacanos.

Julio Victoria es uno de los mejores Djs de Colombia. Su show es muy balanceado y se puede apreciar desde lo bailable hasta lo relajante. Mientras, La Doble A se tomaba la otra tarima y no dejaba caer la energía de donde los Adicts la habían dejado, sin duda los AA son de las mejores bandas colombianas en vivo. Vino la rueda de Papa Roach y en general fueron muy sensatos en sus conceptos. De hecho su vocalista Jacoby Shadixx, un poco pasado de emotividad, me dio una muy buena respuesta sobre el futuro del rock.

Ya era hora de regresar a Bogotá. Tenia el tiquete para las diez y un segundo. Fui al baño y de regreso una foto a Scan7, una pregunta a la Doble A y salí corriendo. Tomé el metro, compré víveres y me sumergí en mi viaje de 10 horas hacia Bogotá.

Tengo varias opiniones y las inevitables comparaciones con Rock al parque. Me gustó mucho que las presentaciones tiene la duración perfecta para conocer a los artistas. La amabilidad de las personas no tiene límite, cada logístico, persona de prensa, el que fuera, siempre nos atendió con el mayor gusto de manera natural. La pluralidad de las tarimas es muy buena y construye un público crítico capaz de asimilar distintos tipos de música. El nivel musical es muy bueno y en cada género hay artistas destacados. Sé que se ha hecho en otras locaciones pero esta en particular me resultó óptima por capacidad y accesibilidad. La curaduría obedece a las necesidades del festival y no se centra en artistas del momento, esto abre espacios a propuestas interesantes. La logística frente a la lluvia estuvo perfecta.

Para revisar podría estar que muchos medios locales llegan muy tarde y no apoyan en el evento a sus artistas, el primer día durante la tarde éramos más los periodistas foráneos.

Un saludo especial a Gina Navarro y Pablo Ruíz, equipo fotográfico de Sono. También a los artistas y medios con quienes compartimos estos días. Colonia Records, Colectivo Sonoro, Arte Vivo, Revista Extreme, Rockaxis y demás amigos. 

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