34 años después Apollo y Drago buscan venganza

Por Manuel Estévez

@sonoadicto

Sylvester Stallone se convirtió en un arma política gringa en los años 80. Primero con su papel en la dudosa y sangrienta secuela Rambo III y luego en Rocky IV. En ambas su misión era la misma: vencer al comunismo soviético como fuera que este se presentara.

En Rocky IV su rival era el camarada Ivan Drago (Dolph Lungren) quien había matado a Apollo Creed (Carl Weaters) en el ring y Balboa debía ir a Rusia y derrotar a esta encarnación de la maldad mamerta. Banderas estadounidenses y Living in America de James Brown al fondo.

Drago tenía a su servicio la más alta tecnología para su entrenamiento mientras que Rocky cargaba troncos y se preparaba en unas montañas nevadas. La maquinaria rusa contra el humilde y callejero italogringo. Obviamente puede más el poder natural yanqui y Drago pierde hasta su dignidad en una pelea sangrienta donde el vencedor sale aclamado.

Creed II da continuidad a esta historia enfrentando a los hijos de Drago y Apollo en un todo o nada. El estilo atlético e inteligente heredado del padre de Adonis (Michael B Jordan) contra un güaimarón que hace ver pequeños a Lundgren, Hulk y Mandíbula. Florian Monteanu interpreta a Viktor Drago.

Es una peli extremadamente emotiva y con una impecable calidad en cuanto a la manera como filmaron los planos de las peleas. Si bien desde que el espectador se sienta en la sala sabe exactamente qué va a suceder, el desarrollo narrativo es muy ágil y sorprende por momentos.

Michael B jordan es uno de los mejores actores de su generación, por ejemplo en su papel de villano en Pantera Negra borra al protagonista, acá repite una buena actuación como en la primera película. Stallone regresa con el personaje que lo hizo famoso y demuestra que él es Rocky, recurriendo a matices tan humanos como sólo quien habita dentro de su interpretación logra.

Un punto muy alto de la película es la música. Ludwig Goransson compone una hermosa partitura en la que por momentos entremezcla la música original de Bill Conti con The Eye of the Tiger de una manera magistral. Kendrick Lamar, Bon Iver, Lil Wayne, Nas, entre otros nutren de barrio y rap una increíble banda sonora. Ese punto donde la música y el boxeo se encuentran.

La historia de Rocky habla de surgir de la nada, de dar siempre el máximo, de ser leal a los principios personales y sobre todo de respetar y amar a la familia. Nos muestra un lado del deporte basado en el honor y no tanto en la comercialización.

Ya no hay Guerra fría y la Unión Soviética dejó de ser esa amenaza que las películas nos inculcaron (salvo para algunos políticos colombianos) pero siempre nos quedarán diferentes razones por las cuales luchar. Esta nueva saga de Creed ha venido por buen camino de la mano de su creador para traerle a las nuevas generaciones la historia de superación de quienes aparentemente no valen nada.

Estreno enero 24.

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