Por Manuel Estévez
@sonoadicto
«La vida es lo que pasa mientras estás ocupado haciendo planes».
John Lennon
Durante muchos años la cultura pop nos ha mostrado el lado divertido de las drogas. Fumarse un bareto ha sido símbolo de alegría, salvo si estás en una pelicula de terror. Desde Bill Hicks hasta el Gato Fritz han hecho apología a su uso y se han gestado corrientes musicales como la psicodelia, el rock progresivo o el rap a su alrededor.
Algunas como Cristina F o Requiem por un sueño han sido criticas y moralistas, cada una en su medida, pero son excepciones a la regla. Personalmente las veo como una decisión personal y algo que se debe evitar si se convierte en un vicio, tal cual como el licor, la comida o el porno.
Beautiful Boy nos muestra el lado más doloroso de la drogadicción. Ese ángulo donde la familia del drogadicto sufre toda la carga de tener a un adicto compulsivo incontrolable que cuidar. Un padre decidido (Steve Carrell) y un hijo brillante reducido a basura (Timothée Chamalet).
Lo primero que hay que decir es que la selección musical de la colección es impresionante. John Lennon (con la canción homónima), Mogwai, Massive Attack, John Coltrane, Tim Buckley, Aphex Twins, Sigur Ros, entre otros, hacen de esta película un deleite a los oídos. Resalto la manera brillante como el director Feliz Van Groeningen enlaza y potencia las imágenes apoyado en los matices de las canciones.
Groeningen tiene experiencia en el drama. Escribió y dirigió la exquisitamente dura El Círculo del amor se rompe, candidata al Oscar hace unos años. Acá lidia con una historia que tiende a volverse moralista a la mitad, luego de un excepcional arranque. Afortunadamente su tercer acto es muy digno y logra convertirse en una voz de alerta diferente, aunque alejada del consuelo que los seres humanos en nuestro apego buscamos.
Debo decir que Chamalet no me convence del todo y que al personaje de Carrell le falta profundidad, aunque se trata de exponer completamente luce plano y por momentos telenovelesco. Eso no demerita de la película y su profunda resolución, tal vez muy comprensible para quienes hemos coqueteado con la muerte y la enfermedad en nuestra familia. A veces realmente no todo puede ser como deseamos.
