Van Gogh, el primer instagramer

Por Manuel Estévez

@sonoadicto

Van Gogh ha sido visto como un demente que se cortó una oreja por el amor de una prostituta. Un inadaptado que seguramente en vez de hablar gruñía. El terror de los habitantes de las localidades de la campiña francesa mientras su pobre hermano debió romperse la espalda para sostener a semejante energúmeno.

El problema es que todas estas historias han superado su capacidad única de plasmar el mundo que lo rodeaba, su ingenuo carisma y el hecho que su diferencia incidió en que su obra estuviera adelantada muchos años al público de su época.

Vincent Van Gogh, las puertas de la eternidad es la unión de tres genios. Vincent, el artista. Willem Dafoe, el actor que no necesita pelucas ni bigotes postizos. Julian Schnabell el director de cine del color, la pintura y la magia plástica.

Schnabell, responsable de Basquiat, La Escafandra y la mariposa, la película del maravilloso disco Berlin de Lou Reed y el arte de la caratula de By The Way de Red Hot Chili Peppers, nos permite ver el mundo con los ojos de Vincent. La mente del genio es un lugar atemporal donde el sonido y la imagen van y vienen de manera independiente.

Benoit Delhomme, el experimentado director de fotografía francés de El Olor de la papaya verde, Lawless o la Teoría del todo, logra en varios momentos convertir la pantalla en un cuadro de Vincent. Y a Dafoe en Van Gogh, de una manera realmente destacable. Este dúo Schnabell y Delhomme sirven un banquete visual.

Dafoe representa a un Van Gogh cándido, vulnerable, solitario, perseguido, pero sonriente. La película nos presenta su extraña relación homoerótica con un tumba locas Gauguin (Oscar Isaac) y sus incómodos debates teológicos con un sacerdote (Mads Mikkelsen). Pero sobre todo su vida recorriendo el mundo, buscando qué pintar y produciendo obras de forma masiva.

La música de Tatiana Lisovskaya es sencillamente emocionante. Tratada de una manera narrativa impactante ya que justo cuando más climática es, se corta abruptamente, como recordándonos que la vida es cíclica y los momentos de gloria no duran para siempre.

Hace poco leía una reseña sobre la película en donde era destruida. Que la cámara atosigaba, que Dafoe muy plano, que era decepcionante en general. Yo me he encontrado con una colorida y hermosa obra. Con Dafoe en los papeles que le hemos visto cómodo. Con la inconfundible marca de Schnabell. Una película que nos contacta con un Van Gogh incomprendido, peligroso para las personas, pero por primera vez sonriente, incluso radiante.

Su obra es tan brillante que se convertiría en un éxito cuando él ya hubiese cruzado las puertas de la eternidad. Van Gogh miraba, se maravillaba con la creación divina, sacaba sus materiales, pintaba, giraba la cara y repetía la operación; un instagramer en Francia a comienzos del S XX.

Estreno en Colombia Marzo 7.

Deja un comentario