Por Manuel Estévez
@sonoadicto
He visto a Babasónicos tres veces. Puedo decir que he sido fan de sus primeros trabajos. Nunca me han desilusionado. Los he defendido de las críticas que me parecen desacertadas. Se les podría acusar de ser divas, de que Dárgelos canta con un estilo enredado y sin ganas, de darle a su música un aire tal vez muy pop en algunos discos, pero también de ser de las últimas bandas argentinas con sonido e interés internacional.
Basta remontarse a principios de los noventa: La explosión de la música alternativa. El todo se vale como una estética que parece desaliñada pero en realidad tiene un alto grado de cálculo. Ahí aparecen los Babasónicos, referentes al estilo de Beastie Boys o Beck para América latina.
Letras que se limpian el trasero con lo correcto; videos descollantes; música sensual, cadenciosa, incluso vulgar. El cine B, Satán, las drogas, el sexo y el abuso del poder eran retratados de una manera única por esta banda que abrió una senda para todos aquellos que querían sonar auténticos.
Estos indispensables del underground noventero, se posicionan frente al gran público con el disco Jessico hace casi 20 años. Infame, Anoche y Mucho, fueron álbumes que dominaron la década del 2000 en varios países latinos. Su proyección, ya importante, se multiplicó.
Discutible, su trabajo del año pasado, nos presenta una banda oscura y vanguardista. Suenan como jovencitos por momentos y al mismo tiempo se les siente toda la experiencia a la hora de definir canciones. Rompieron el molde del sonido tradicional argentino y absorben lo que provocaron de la manera más cínica y descarada. Es como si se retroalimentaran de su propio trabajo y lo usaran como bálsamo de juventud.
En mi criterio una buena escogencia para Rock al parque. Tercera participación de esta agrupación de Lanús en el festival.
