Pedro Aznar, no mucho más que agregar

Por Manuel Estévez

@sonoadicto

¿Sr Aznar quién ha sido más exigente con ud, Pat Metheny, Charly García o Pedro Aznar?

Delgado, muy delgado. Alto. Con el mismo bigote que lo caracterizo desde la época de Serú Girán. Ahora su cabeza está color plata, una cabeza llena de música y de experiencias junto a músicos increíbles. Un hombre tímido que se hace dueño en el instante sube a ella.

Charly lo describe como distante pero que se conecta al instante en que empieza a fluir el lenguaje de la música. Remarca que fue a verlo a un bar y a partir del compás y medio supo que era el bajista para su banda. 

Conformé mi trinidad del clásico rock argentino con Spinetta, Charly y Pedro Aznar. Un gran cantante, un bajista excepcional, un músico dedicado y un compositor que comprende la importancia del balance entre el folclor y la música moderna.

Lo he visto las dos veces que sé que ha tocado en Bogotá y me ha emocionado siempre. Soy un fan músico, no me sé todas sus canciones y sólo tengo un disco. Ante su calidad considero que lo mejor es callar, aprender y disfrutar.

Quizá no me gusta su costumbre de tocar covers de bandas medianamente contemporáneas tipo Green Day o Nirvana, algo parecido hace Living Colour. De resto me gusta mucho su presencia en vivo. Usualmente maneja formatos sencillos.

Quizá es un poco un músico para músicos. Su público natural es de ese que susurra cuando hay un cambio de tonalidad y grita uuuu, cuando la complejidad de la progresión de acordes así lo amerita.

Seguro no se cruza con Sodom, puede ser que lo programen en el escenario de atrás de Rock al parque. Y está bien para su público. No por falta de calidad sino porque allá han ubicado recientemente a los artistas que requieren de sensibilidad para ser apreciados. Vaya recitales que nos han dado Liniker e os Caramelows, Tulipa Ruiz o Bala en esa tarima.

Su trabajo con Charly García es quizá los más conocido de lo que toca. Mientes o Tu amor son recurrentes números en su espectáculo. Ya veremos cómo se le a Pedro su tercera visita a Bogotá y si esta vez logro hablar con él. La primera vez lo esperé una hora para que me firmara el disco y nada. La última vez estuvimos parados el uno al lado del otro por dos minutos y no articulamos palabra. Par de tímidos.

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