La Caida – Epilepsia

Por Camilo Casallas

Entrar al mundo de La caída es caer uno mismo. El nuevo video de Epilepsia no cuenta necesariamente una historia. No es un arco narrativo en el que un personaje vaya de un punto A a un punto B. En realidad, es un video sensorial: lo que se muestra es una atmósfera; lo que se vive, se percibe y se siente es un ambiente. No hay narración, solo una muestra de un pedazo de eternidad. No obstante, esta atmósfera no es precisamente atmosférica (¿?), sino material. La caída es caer en la arena y la ceniza que caen así mismo sobre los esbozos de personajes que aparecen en el video. Las manos que jalan a los personajes, aunque hacen parte de un otro mundo, de un espacio poco definido, son materiales.

En verdad, la realidad de este mundo es la de lo intermedio. Las manos, las telas, los personajes están perdidos en un mundo poco determinado: no es posible saber nunca si pertenecen a un espacio material y real o a un espacio etéreo. ¿Es este un lugar diseñado para el castigo teológico o es simplemente la Tierra, donde ya se nos castiga con suficiencia con la carga de lo material?

No podemos saber nada acerca de los personajes. Simplemente son pedazos de materia orgánica que eventualmente se desfiguran. No puedo decir que tengan gestualidad, así como la entendemos cuando un amigo o un familiar lloran o gritan o ríen. En realidad, parecen estatuas que cambian su forma eventualmente, como si la erosión del agua o la arena los hubiera derruido. Solo que esta erosión actúa de manera rápida. No tienen que pasar miles de años para que la piedra de estos cuerpos se transforme. Solo pasan algunos segundos. La piedra está viva.

Por supuesto, cuando vi el video las primeras veces, tuve la atracción de pensar en este mundo como en el Infierno. Sin embargo, más allá, pareciera que estos personajes están, precisamente cayendo, en un tránsito, y sería mucho más adecuado pensar en este espacio como en el Purgatorio. El Purgatorio, en este caso, no hace parte de la Tierra, de nuestra realidad cotidiana, pero tampoco de los espacios más etéreos del cielo o del Infierno. Una actriz va siendo arrastrada por las manos a otro mundo que no se nos muestra. En este sentido, este también es un espacio transitorio. Las estatuas/personajes eventualmente caen mucho más (¿presenciamos la caída o presenciamos el espacio de la caída?). En cierto sentido, lo más lógico sería que esta caída siguiera de manera infinita, que los personajes penetraran sucesiones de atmósferas por la eternidad.

Lo más diciente y más simbólico de La caída son los cuerpos, de los cuales ya he hablado. Este simbolismo es potente, político y violento. El hecho de que no conozcamos el espacio que existe más abajo, en el ámbito inferior de lo que muestra el video, me hace dudar de la conformación de estos cuerpos. En realidad, es una pregunta simple la que me ronda: ¿qué se esconde detrás de las telas que cubren a los cuerpos/estatuas del video? Vemos troncos y cabezas, pero no sabemos qué clase de genitales tienen estos cuerpos. ¿Han sido mutilados estos cuerpos y por eso no se muestran? Dentro de lo que sabemos, solo existe la parte superior de los cuerpos, pero no hay huevas, clítoris ni penes. Las tetas de las mujeres también se esconden, como si no existieran.

¿De dónde vienen, también, los brazos que jalan a los personajes? Me imagino que es una bola de carne de la cual salen brazos y brazos. No me imagino que haya un cuerpo humano o varios cuerpos humanos debajo de la tela, sino un monstruo sin forma. Ni siquiera. Un planeta de tejidos musculares, adiposos y cutáneos del cual salen manos.

El video es hijo del barroco latinoamericano; muestra precisamente escenas que son familiares para los latinos. Más allá de la abstracción protestante, estamos acostumbrados a una eternidad material. En las pinturas de Gregorio Vásquez de Arce vemos esta misma cualidad sensitiva aplicada a espacios y personajes teológicos. El Cristo de tres caras de la pintura Símbolo de la Trinidad es pesado, monstruoso, físico.

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