Por Manuel Estévez
@Sonoadicto
Recuerdo mucho un concierto en el Salitre, o por ahí cerca, se presentaban La Derecha y Aterciopelados. Caía un aguacero épico, no teníamos un peso para entrar, éramos adolescentes de colegio. Faltando un par de temas para que se acabara el evento un policía se apiadó de nosotros y nos dejó entrar. En ese momento le apagaron el sonido a Aterciopelados para que no tocaran más, típico de los noventa, y Andrea cantó Mujer Gala sólo con la batería de fondo.
Eso fue antes de Bolero falaz, MTV y toda la fama internacional de la banda.
Luego de la reunión de Héctor y Andrea para aquel Rock al parque han pasado cosas. Una banda muy acoplada integrada con buenos músicos, el desconectado lleno de invitados, una agrupación que mueve el público reclutado durante su carrera y un nuevo disco con un sonido muy propio.
Disfruté el nuevo sentido que imprimieron a La Ciudad de la furia, estuvo bien. Pero en general las nuevas canciones han adquirido un fraseo muy raro en la melodía de la voz. Andrea, con todo el oficio del mundo, las hace sonar muy propias, pero me causa dificultad seguirlas y me parecen rebuscadas por momentos.
Cuando leí que promocionaban una nueva canción con Jorge Celedón, me dio mucha pereza el contexto. Celedón me parece un bacán, pero demasiado bacán, muy positivo, entregado a la humanidad y eso no me gusta en la música, tengo un demonio oscuro por dentro que exige letras de suicidio, depresión y muerte.
Al ver el video mi perspectiva cambió inmediatamente. Aunque se enreda por momentos, la canción tiene un fraseo mucho más digerible y natural. El mensaje femenino me encantó y está muy bien dicho y expresado. Las secuencias y loops suenan muy orgánicos. la falta de sabor intencional anula completamente la tropicalidad de la canción. Por otra parte Celedón tiene una intervención tan corta que hasta me quedó faltando que estuviera más presente.
Ay Ombe (vamo´ a relajar el pony) no sólo es una buena canción sino que cuenta con un video bonito y muy adecuado. Una producción colorida pero sin exceso de alegría. Me reenamoré de esa banda que vi bajo la lluvia y por la cual he sentido admiración siempre. Me guste todo o no, son originales y no les cuesta tanto serlo.
