Sonidos nuevos abril 2

Por Redacción Sono

@RevistaSono

Como nos gusta. Tres canciones que no tienen en común más que ser colombianas. Fusión, champeta e industrial en nuestro recomendados nacionales.

Frailejón promete una pieza ancestral, sin aviso muta en un inicio funk que da pie a una pieza de corte progresivo. Cuando me nos damos cuenta estamos en un viaje por un interesante blues jazz que matiza de vuelta al inicio funky.

Los Niños de oro cuenta una historia de manera audiovisual. Se toma el trabajo de introducir a partir de flautas tribales y un ambiente natural a un intro entre experimental y fusión.

Gran canción, gran video. Es interesante la afinación que maneja Alejandro Loaiza, más cercana a la tradición con una voz que emerge como un grito salvaje. Eso es lo mejor de la música, poderla entender desde diferentes perspectivas.

La música industrial es curiosa, critica la industrialización. La ataca desde dentro. Recurre a mostrar su expansión para mostrar como el ser se deshumaniza, los paisajes verdes tornan en gris y el smog corroe todo lo que toca.

El Control ha retornado. Ahora solo con dos miembros, una lástima, pero con el mismo sentido que lo ha acompañado desde su creación. Una banda con corazón bogotano pero lenguaje universal. Edward y Daniel tienen más experiencia y madurez para afrontar este vicio que se llama rock and roll.

27 fases de la luna, es una distopía. En una presentación visual sencilla pero adecuada. Con esas líricas entre esotéricas, técnicas y futuristas que me hacen pensar en joyas como Ghost In The Shell. Larga vida parceros.

El ñeke es una bebida espirituosa que se elabora a partir de agua, azúcar y levadura que se fermenta mediante un proceso bastante artesanal. Es una bebida típica de Palenque que tiene sus raíces en las preparaciones de los indígenas habitantes de la zona.

Una vez explicado esto, podemos hablar del tributo que le rinden Los Reyes de la Champeta (Charles King, Louise Towers y Ane Swing) a un trago de ñeke. Sus productores aseguran que es muy consumido por no ser químico y no tener un mal sabor.

Un video grabado en escenarios naturales y una canción llena de alegria y sabor a África. El ñeke sabe a mestizaje y fusión, a estar contento. Por eso deme otro ñeke ¡neke!

Deja un comentario