La música es un deporte de contacto

Por Manuel Estévez

@Sonoadicto

Los Festivales al parque adoptan el modo web para su realización y está bien, hasta cierto punto. La pandemia ha obligado a que muchos llamen innovar a tomar acciones que debieron implementar hace tiempo.

La plataforma casera de Idartes será el canal para presentar la programación de los cinco festivales que el Distrito organiza cada año: rock, salsa, jazz, Colombia y hiphop.

Desde mi punto de vista, puede ser oportunidad valiosa de reforzar la parte digital en todo sentido. Empezando por captar pauta real para espacios virtuales en Colombia, lo cual genera aún resistencia. También alfabetiza en el uso de internet a jóvenes nativos de redes sociales pero no de Internet.

Forza a los músicos a pensar en otro lenguaje, diferente a verse en piyama en una pantalla dividida creyendo que así se reinventan. Lo visual es un aspecto crítico por revisar en nuestro medio.

En sí, es un plus que las bandas comprendan mejor el tema tecnológico. Se adueñen de espacios que hace mucho debieron tomar y no se dejen comer a cuento de cualquiera. Para esto se hace valioso y enriquecedor el acompañamiento de verdaderos especialistas proveídos por el Instituto.

El tema de derechos de autor debe fortalecerse también. Enfatizar sobre del valor de una obra y erradica la idea que si es transmitido su interpretación se convierte en un acto gratuito. Es un aspecto cultural más que jurídico.

En detrimento de esta decisión está el románico concepto de un concierto en sí. La gente, el ruido huracanado, la tarima, en fin, muchos factores. No es lo mismo tocar death metal moviendo la cabeza desenfrenado para 10.000 mechudos que al frente de un equipo trasnochado de camarógrafos.

Se evidencia que el público en las redes sociales no ve la idea como una alternativa válida y en esos días que la palabra crisis toma tanta fuerza, algunos prefieren que se utilicen estos recursos en salud o bienestar para palear el asunto del Covid o sugieren que se guarde el dinero para el otro año, lo cual es imposible por reglas presupuestales. Están en su derecho de no comulgar con la idea y dar su opinión, así la institución vea su proyecto como algo descrestante.

La música es un deporte de contacto y claro, para muchos, esta faceta virtual se convierte en una partida de damas chinas.

Hay que revisar que son eventos más baratos. Se pueden alargar algunas cuentas para apoyar de alguna forma a los cientos de trabajadores de los espectáculos en vivo, salas de ensayo y locales, no necesariamente bares.

Sobra decir que la idea es beneficiar a artistas bogotanos y no debe haber participación foránea. No es se trata de una carpa de entretenimiento exclusivamente, es un mecanismo de fortalecimiento para la escena local con el objetivo de destacar a nuestro talento.

El Covid no es culpa de la Alcaldía, tampoco de los músicos. Que sea streaming no incide en el pago a los artistas que están haciendo su labor.

Ojalá la industria digital de la música crezca a sus medidas justas y vaya de la mano con la presencial. Esto le daría la fuerza necesaria a una escena con talento pero al mismo tiempo con dudas. Un movimiento que se desarrolla sin orden porque en ocasiones no profundiza en los términos actuales del emprendimiento musical.

La música sigue siendo un deporte de contacto pero al igual que el sexo, tras la aparición del SIDA, requiere asepsia por un tiempo indeterminado.

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