La verdad en medio de la oscuridad

Por Manuel Estévez

@Sonoadicto

Ridley Scott regresa silencioso pero acertado. Reúne a un gran elenco encabezado por los destacados Julie Comer y Adam Driver; junta a los oscarizados Ben Affleck y Matt Damon como guionistas; recuerda el genio creador de Akira Kurosawa en su Rashomon y retoma su mejor versión dirigiendo una historia épica como cuando filmó El reino de los cielos o Gladiador.

En el momento de la normalización mundial y el boom de muchas películas de gran presupuesto, Scott nos cuenta la historia real de Margherite de Carrouges, la esposa de un caballero francés que acusa de violación a Jacques le Gris, el mejor amigo de su marido. Todo esto en el marco de la Edad media donde la mujer era considerada poco más valiosa que un animal de corral.

La pareja entonces decide enfrentar las leyes de la época buscando reparación y Jean de Carrouges recurre a la figura de un duelo entre caballeros como la única manera de probar que él y su compañera dicen la verdad. El problema es que su rival ha ganado gran importancia política y el favor de los poderosos y es ahí donde la verdad ante Dios es el único atenuante que les pueden favorecer. La palabra de una mujer contra un Estado.

Esta sorprendente película es sólida, bien narrada, atrayente y rompe esquemas en un momento adecuado. El papel de Julie Comer es sensacional, en ella se sostiene la historia en su trayecto definitivo. Adam Driver es el nuevo musculoso de Hollywood, pero esto no nubla su poder histriónico. Matt Damon logra un tosco y bruto cazafortunas y Ben Affleck, sin tanto brillo, consolida a un déspota y libertino noble. Alex Lawther, el niño rarito de The End of the f»$$% world, interpreta a un Carlos VI caricaturezco y sarcástico.

Una fotografía grisácea a cargo de Daruisz Wolski nos hace sentir el frío y el atraso de la Francia medieval. Un mundo que se debate entre el esplendor y la miseria. Cuna de un conjunto de creencias infames y prejuicios sexuales que hacen imposible de creer el testimonio de una mujer, incluso, la misma narrativa nos hace dudar intencionalmente de su palabra.

Han pasado 800 años y aun las víctimas son revictimizadas, no se les cree y en ocasiones sufren el escarnio público. El Último duelo es otro hito de lo femenino en la cinematografía de Scott como ya fueron Thelma & Louise o la teniente Ripley.

Mucha deconstrucción masculina y reflexión entorno al género quedan tras verla. Está actualmente en salas de cine y creo que puede ser una de las mejores opciones que hallamos en la cartelera comercial junto a Memoria y Del otro lado.

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