Aftersun, el valor de ser padre

Por Manuel Estévez

@Sonoadicto

Aftersun ha ganado numerosos reconocimientos. Es una película festivalera, ha resonado. La verdad, tras verla, debo decir que parece que no pasa nada en ella. Un padre y su hija preadolescente en una vacaciones en Turquía. Un balneario normal con piscina y algunas comodidades. La niña conoce a otros chicos, juega bien al pool, descubre el amor, inicia su despertar sexual, todo ante la mirada impávida de su padre. Un hombre con una fuerte depresión, que trata de hacer lo mejor posible por compartir con la niña porque no tiene nada más en la vida que ese momento. El reloj corre y todo se ilumina.

En esa suerte de historia de sketches salen a la luz muchas cosas. La actitud pasiva del padre, es, por momentos signo de distancia pero también de su deseo de comprender a su hija y ser lo mejor. El actor Paul Mescal brilla como Calum, este hombre confundido y disgustado con la vida que a manera de despedida lleva a su pequeña de vacaciones. Sophie, bellamente interpretada por Francesca Corio, viaja unas vacaciones de ensueño con papá. Ignorando que está arruinado y que existe algo más que un paseo.

Dirigida por la joven realizadora escocesa Charlotte Wells, con experiencia previa en tres cortometrajes estudiantiles, y producida por Barry Jenkins, director de Moonlight, Aftersun es un retrato íntimo de lo que representa ser padre, del amor que proviene de cada uno de nosotros y cómo el perdón está siempre dándonos una oportunidad, aunque sea ardua.

La música por momentos muy suave y texturada está compuesta por Oliver Coates, un sensible artista que a los largo de su obra nos presenta una manejo excepcional de la melodía balanceada entre los oscuro y lo bonito. En este trabajo destacan su teclados y cuerdas, por momentos casi imperceptibles pero siempre presentes. De la colección de canciones destacan unos videoclips insertos de dos canciones que no volverán a escucharse igual. Tender, la maravillosa canción de Blur que clama por el amor como lo más grande que tenemos. Under Pressure, el himno de Queen y Bowie, que cierra con esa pregunta ¿Por qué no le damos una última oportunidad?

Varias décadas después Sophie recuerda a su padre. Ahora es madre y trata de desentrañar todo eso que él fue y lo que hizo por ella, algo que en su momento quizás no comprendió plenamente. El poder de la voz de un bebé, el poder de los recuerdos, desmitificar al padre como héroe para luego abrazarlo y la potencia desmedida de la culpa.

Una película que observa indiscretamente a sus protagonistas y poco a poco le va dando sentido a sus situaciones. Un final estremecedor, vibrante, humano, que hace que esa poco más de hora y media valga inmensamente la pena.

Está disponible en la plataforma MUBI.

Deja un comentario