Blue Valentín o el amor real

Por Manuel Estevez

@sonoadicto

Ryan Gosling ha sido injustamente catalogado como chico Disney, actor plano y caribonito. Es un artista que usualmente escoge personajes oscuros y vaya que le ha sacado el jugo a este tipo de roles. El silencioso conductor de Drive, el doble de riesgo con pasado turbio de A Place Beyond The Pines, el pianista depresivo de La la land o el solitario enamorado de una muñeca inflable de Lars And The Real Girl. Además director de Lost River y teclista de la banda Dead Man´s Bone.

Michelle Williams es otra intérprete con una carrera interesante. Mi semana con Marylin, Brokeback Mountain, Manchester By The Sea y The Fabelmans le han merecido candidaturas al Oscar. Su primer papel fue en Guardianes de la Bahía, pero eso no ha manchado un nombre que ha destacado en numerosas producciones.

En Blue Valentine representan a una pareja en conflicto. Dean, un hombre bueno que nunca creyó en el amor encuentra en Cindy, una aspirante a doctora, su última esperanza de amar. Todo esto sin importar que el destino les juega una mala pasada desde que empiezan su relación. Grabada en escenarios de Pensilvania, nos muestra la monótona vida semi rural de EU y cómo esta familia se sostiene y en un momento busca rehacerse de la nada.

Es una historia de amor real. No el romántico ni idílico. Un amor que debe pasar pruebas y cómo Dean pretende en una sola noche desesperadamente reafirmar ante el escepticismo y la frialdad de Cindy. Ella está resentida incluso con su pequeña hija Frankie quien si tiene una relación sólida y afectuosa con Dean. La palabra clave sería amargura. Lo mejor ya pasó. Ni buenos, ni bonitos, los sueños han quedado atrás.

Está contada en tiempo presente y además recapitula el momento en el cual la pareja se conoció y explica su situación actual. Derek Cienfrance escribe y dirige esta película de 2010, su más representativa hasta el momento. Es una historia que de entrada podría parecer romántica en el sentido tradicional y termina siendo mucho mas compleja y enmarañada. Dos personas sin muchas aspiraciones terminan en un hastío profundo. Es como desarrollar en el tiempo la historia luego de la faceta del enamoramiento que otros se limitan a contar.

Estos fríos paisajes se tibian con la poderosa Love is a Battle Field de la diva ochentera Pat Benatar, que divinamente pudo ser le tema principal. La canción de amor es You and Me de Penny Baker y la potente banda indie Grizzly Bear aporta su tema Alligator para el epílogo. Ryan Gosling interpreta de manera sentida y premonitoria en el ukulele You Always Hurt The Ones You Love, una tonada para los buenos momentos que Cindy baila divertida en la calle.

Quizá Cindy tiene razón y lo mejor sea separarse y Dean es un obstinado. Esas relaciones donde uno se cree el salvador desde el principio sin que el otro esté muy convencido no tienen buen viento. Es un ejercicio doloroso pero severamente honesto de cómo el amor no es el que aguanta sino son las personas las que lo alargan hasta donde a veces no se puede. El cebo son el chico Disney y la rubia, el recorrido, uno inesperado. Gran película.

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