Por Manuel Estévez
@Sonoadicto

Todos los viernes la familia se reúne para ver la serie de moda: Profesión peligro. El hombre nuclear ahora es doble de acción y con sus habilidades se dedica a resolver casos criminales. Le acompañan Howie Munson, su compañero de set que es medio torombolo, y la despampanante rubia Jody Banks. Son los años 80 y esto o jugar Uno mientras disfrutamos de un maíz pira, única vianda especial posible para nuestros bolsillos tercermundistas en aquellos turbulentos años.
La serie se convierte en referente cultural. Siempre que alguien maneja mal o comete alguna imprudencia el ser humano de mediana edad lo va a comparar con Colt Seavers. Ahora en 2024 la cultura remake hace lo suyo y se nos presenta una película inspirada en esta popular historia.
Ryan Gosling y Emily Blunt protagonizan esta comedia románticas con ínfulas de película de acción con diálogos de Beavis n Butthead, no en vano está Gosling. Debo decir que en un momento pienso en salirme de la sala porque me resulta insoportable.
Colt y Jody, asistente de cámaras, se aman locamente. Un día, el doble sufre un grave accidente en el set y se aleja de todo y todos, hasta que una productora lo convence de regresar a salvar la película que dirige Jody. La aventura se inicia cuando al llegar a las locaciones en Australia, el hombre termina involucrado en la búsqueda del actor protagonista que lleva días desaparecido.
Es un guión genérico, sin ninguna sorpresa o intención más allá de aprovechar el humor ingenuo del reciente papel de Gosling cono Ken. Los dialogos son estúpidos, las acciones de los personajes descabelladas y estresa. Hasta ahí la salva un poco la buena quimica entre la pareja protagónica. Que es un calco a la de Barbie.
Lo bueno está por el lado de las destacadas escenas de acción que realizan los dobles verdaderos que trabajan en la película. La burla y referencias a películas como Dune o series como Miami Vice. Y un bonito manejo de los easter eggs que hacen que viajemos en el tiempo a nuestros 10 años. Me olió a maíz pira casero y todo.
Dirige David Leitch (Deadpool 2, Tren bala, entre otras). Escribe Drew Pierce (Iron man 3, Mission Impossible: Nación secreta). Seguramente pudo ser mejor, menos errática y no centrarse en una historia fabulosa de amor, así la plantearon y les funciona.
Hay un detalle bonito en la narración en el tercer acto y es que su desenlace sucede como el de un capítulo de una serie ochentera. Lo cual le aporta una calidez especial y claro nos manipula con nostalgia pura. El final y los créditos son bonitos. Alerta spoiler: hay escena post credito.
En cuanto a la música, salen 40 versiones de una trillada canción de Kiss y en el principio una trillada canción de AC/DC. Composiciones que suplican por su jubilación de rodillas.
Salgo desconcertado del teatro. Porque puede que la forma no me haya gustado pero tiene ese toque bonito en los homenajes, a la profesión de doble y a la misma historia del cine. Las actuaciones no estan mal pero los diálogos son angustiosamente tontos. Técnicamente está bien hecha y la acción entretiene pero el guión está perdido en la intrascendencia. Entonces no sé, es mejor que la vean y me cuenten.
