Análisis de The Roses: ¿Mejor que la original?

Por Manuel Estévez

En los turbulentos y políticamente incorrectos años 80s, Danny Devito presenta su película la Guerra de los Roses (1989). Una comedia negra inspirada en el libro homónimo de Warren Adler qué retrata el lado más cruel de las relaciones de pareja y hasta dónde el amor se puede convertir en odio.

Una pareja se conoce, se enamora y se casa. Tras un periodo de convivencia tranquila descubren diferencias irreconciliables que los llevan a decidir terminar la relación. En el momento de la separación de bienes las cosas toman un cariz complicado.

Hilarantes actuaciones de Michael Douglas y Kathleen Turner, pareja bomba por esa época. Su performance en las comedias de acción Romancing The Stone y The Jewel of the Nile hacía de ellos los ideales protagonistas para representar a este matrimonio destrozado luchando por quedarte con los bienes materiales.

Director Jay Roach with Olivia Colman and Benedict Cumberbatch on the set of THE ROSES. Photo by Jaap Buitendijk, Courtesy of Searchlight Pictures. © 2025 Searchlight Pictures All Rights Reserved.

El equipo

El estadounidense Jay Roach dirige películas de humor incorrecto como Austin Powers, Meet The Parents o Borat. Ahora une fuerzas con el guionista Joe McNamara (Poor Things, la Favorita) y los muy británicos Benedict Cumberbatch (también productor) y Olivia Colman para hacer esta versión modernizada de la Guerra de los Roses llamada simplemente The Roses o Los Rosas.

Andy Samberg representa al abogado que DeVito personifica en la película original. Aquí es mucho más conciliador y menos estrafalario. Kate McKinnon representa a su esposa, un alivio cómico más masculino que su esposo. Allison Janney caricaturiza a la despiadada abogada de Ivy (Colman).

Es disonante escuchar a Benedict hacer chistes sobre clamidia, así tenga un pasado en Zoolander 2. Colman como una rutinaria mujer de mediana edad y caracter dulce se aferra a trabajos previos como Paddington.

La película

Ivy y Theo son una pareja estable con dos hijos. Theo es un prestigioso y cotizado arquitecto. Ivy es una chef a la cual no le va tan bien. Una noche de tormenta todo cambia. Los papeles se invierten y la relación se ve afectada.

Los actores rebosan de calidad y son justamente ellos los que hacen que esta versión tenga un tono mucho más conciliador y podríamos incluso decir familiar. No sé qué tanta química exista tengan como pareja en escena partiendo de las evidentes diferencias de estilo entre ellos.

Los chistes sexuales, lugares comunes y situaciones tan estadounidenses los pone el guion.

La película acaba siendo un experimento comercial que me recuerda el tono de las películas del director Judd Apatow, (Virgen a los 40, The Big Sick o el Cantante de bodas), comedias donde las situaciones cotidianas y las tragedias se convierten en humor efectivo para el gran público.

The Roses claramente suaviza el tono mordaz de su versión original y se plantea como una comedia que si bien tiene situaciones escatológicas casi que es apta para todos los públicos.

Hay que reconocerle una cosa. Su punto de partida está muy ligado con las relaciones de poder actuales. La envidia, el fracaso, el machismo y el simple hecho de tratar de jerarquizar un hogar pueden terminar en un aparatoso rompimiento.

Sunita Mani, Olivia Colman, and Ncuti Gatwa in THE ROSES. Photo by Jaap Buitendijk, Courtesy of Searchlight Pictures. © 2025 Searchlight Pictures All Rights Reserved.

Como pelicula tiene una gran factura en su producción. Planimetría, fotografía y edición muy bien logradas. Sobresale una paleta de colores muy interesante en el vestuario y los platos que se sirven en el restaurante de Ivy.

En conclusión

El objetivo de la Guerra de los Roses es hacer reír, satirizar y demoler al amor como institución. The Roses se centra mucho más en explorar la condición humana. Se demora mucho en abordar el rompimiento porque se toma el trabajo de ir despiezando los factores que los llevaron a pelearse. Muestra a personajes humanos con fallas y virtudes.

Creo que el problema radica es que queda en la mitad de los dos y puede que no le cumpla del todo a ninguna de las dos tendencias.

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