«Las artes se nutren de acontecimientos sociales y al mismo tiempo ofrecen puntos de vista sobre los mismos. Pienso que una simbiosis inevitablemente genera cambios.»
Juan Forero, compositor
Por Redacción Sono
Este domingo 14 de septiembre a las 4:00 p.m, el Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional de Colombia inaugura PRESENCIAS — Sonidos & Ecos, un ciclo de conciertos que se extenderá hasta 2027 y que propone a la música como un acto de memoria democrática y resistencia cultural.

Un homenaje musical a Palestina y Medellín
El primer concierto conmemorará dos tragedias humanas: el genocidio palestino en Gaza y las desapariciones de la Escombrera en Medellín. El repertorio incluye obras palestinas como I Have No Address, Refugiada y Estrella de la mañana, y el estreno mundial de una obra del músico colombiano Juan Forero.
Participan la Orquesta Filarmónica de Mujeres, de Bogotá, coros infantiles de la UNAL y la Fundación Chaminade, el dueto palestino Athrodeel (Ahmad Diab y Aseel Massoud), el pianista catalán Moisès Bertran y la directora invitada Larissa Macedo, de Brasil.
PRESENCIAS convierte la música en ceremonia colectiva de memoria. Su programación de tres años relaciona música y conflicto armado en Colombia, marcando un giro en la manera de entender el repertorio académico en nuestro país.
Entrevista con Juan Forero

Hablamos brevemente con el músico Juan Forero sobre su obra la Escombrera. Su homenaje a las víctimas del caso de esta zona en la Comuna 13 que habría sido utilizada como sitio de desaparición y enterramiento clandestino de personas durante el conflicto armado y operaciones militares en los 2000. Se considera uno de los mayores casos de desaparición urbana en América Latina.
¿En qué medida funciona la música cómo motor de cambio social?
La música como las artes en general nos ayudan a entendernos primero como seres humanos y luego como sociedad. Nos ayudan a expresar y comunicar puntos de vista, emociones y pensamientos. Más allá que cumplan una “función” con fines puntuales, nos sensibilizan con realidades que los artistas presentan al público. Quizás, realidades que el público no experimenta en su cotidianidad, o no ha tenido oportunidad de presenciar de la forma en que es canalizada y presentada por el artista. Las artes se nutren de acontecimientos sociales y al mismo tiempo ofrecen puntos de vista sobre los mismos. Pienso que una simbiosis inevitablemente genera cambios.
¿Cómo se acercó artísticamente a un tema tan delicado?
Antes de artistas, somos personas y como tal me parece importante abordar estos temas con mucho respeto y con mente abierta. Escuchar testimonios sin prejuicios, reflexionar, guardar distancia y observar desde la empatía. Como artista, recreo en mi mente imágenes de lo que encontré en la etapa de investigación, e intento crear paisajes sonoros musicales, con la orquesta, que acompañan estos momentos y emociones. Siendo un tema tan trascendente, procuro ser lo más honesto posible conmigo mismo y mi trabajo. Esta pieza es una ceremonia de memoria y no tiene un propósito diferente que hacer homenaje a víctimas directas e indirectas del conflicto. Recordar este objetivo durante la creación ha sido una constante en mi carrera para mantener una línea ética al momento de trabajar temas de memoria.
¿Su trabajo conecta de alguna manera con las otras obras que se van a interpretar?
La Escombrera es un tema que está inconcluso, que no se ha resuelto, no se ha cerrado el caso, todavía hay madres que siguen buscando a sus hijos desaparecidos. Es por esto que la pieza musical en cierta medida termina dejando un interrogante. La obra Pie Jesu de Gabriel Faure complementa o casi que concluye la historia de La Escombrera, pues tiene este elemento de trascendencia después de la muerte. Un “descanso eterno” característico en las obras de réquiem, que por obvias razones no está presente en mi pieza. Me parece una genialidad en la programación que la pieza de Faure cierre el concierto.
El tema de Palestina que centra la primera parte del concierto también es un conflicto inconcluso. Lleva resolviéndose durante décadas y en estos tiempos está más violento que nunca. Al igual que el conflicto colombiano, es un ciclo de violencia que va y viene pero no termina. En esencia este homenaje musical a las víctimas del genocidio en Palestina por parte de Ahmed Muin, Ahmad Dyab, Salah Namek y todos los involucrados, tiene una conexión directa con el trabajo de la Escombrera.
¿Cómo se llama la obra y cuál es su concepto?
La obra se llama La Escombrera. El concepto es un homenaje a las víctimas directas e indirectas de desaparición forzada en el marco del conflicto colombiano y particularmente con el caso de la Escombrera de Medellín.
Auditorio León de Greiff, UNAL – Carrera 30 No. 45-03 Edificio 104. Entrada libre.
