Por Manuel Estévez
Briela Ojeda (Londres, 1995), cantautora alternativa colombiana, se presentó en el showcase del BOmm (Bogotá Music Market) con un concierto íntimo y poderoso. Su propuesta mezcla folk, jazz y experimentación, y la confirma como una de las artistas más respetadas de la escena independiente
No conozco a profundidad el trabajo de Briela Ojeda. Su nombre retumba en el circuito under y se nota que mucha gente la respeta y admira. Fui a ver su presentación en el BOmm con la intención de entender su fenómeno.
¿Diosa o demonia?
Es una personificación femenina sobre la tarima que encarna ambas. Una encarnación de poderío y confianza. Un empoderamiento que se permite quien lo vive desde adentro y asume. Un juego de poder donde ella de manera atrevida impone las condiciones y le canta a su condición.

¿Musa o creadora?
El logro máximo de un músico es que se le note que lo es sin interpretar académicamente. Construcciones complejas en lo rítmico. Compases amalgamados que nos exigen contar con los dedos de vez en cuando para ubicarnos. Melodías que permanecen en la memoria luego del concierto y que el colectivo tararea automáticamente. Una voz virtuosa. Un canto que se convierte en declamación.
Una artista arriesgada
Briela Ojeda no teme iniciar un concierto a capella. Su independencia y métrica le permite cantar una canción completa a solas. Un momento íntimo durante el cual el artista conversa con el público y consigo mismo. Es la guitarrista de su banda y ella decide si toca o no. No le importa construir una canción completa usando solo bajo y batería.
Como instrumentista maneja una importante cantidad de trucos armónicos, acordes raros y estructura sólida. Sus músicos están conectados y afincados en su viaje. Una batería que no solo acompaña sino que a manera de mantra forma parte integral de la canción. Un bajo entre el jazz y el folclore.
Conclusión
En solo cuatro temas, Briela Ojeda mostró un universo sonoro propio: íntimo, arriesgado y profundamente magnético. Una artista que no solo interpreta, sino que es poseída por su música arriba de la tarima. Oficiando un ritual en sus shows.
La música alternativa tiene ahora seguidores más fieles que una o dos décadas atrás. Esto se deriva del cambio de la noción de rock como único género válido de merecer esta denominación. La apertura al folclore y las sonoridades colombianas o electrónicas ha sido factor clave.
