Mauricio Milagros: del Baby de Superlitio al regreso con su RolaFunk

Por Manuel Estévez

Mauricio Milagros. Foto tomada de su facebook.

Mauricio Milagros es el resultado de una vida marcada por la música desde los seis años, una experiencia personal intensa y el apoyo de su esposa Paula. Atrás quedó el Baby, el carismático ex vocalista de la banda caleña Superlitio.

La época de Superlitio le dejó mucho conocimiento, canciones exitosas, nominación al Grammy, giras internacionales y conciertos épicos como aquel Rock al Parque donde salió disfrazado de fauno.

No todo era tranquilo. Mauricio vivió momentos personales difíciles. Sufrió depresión y una constante lucha emocional contra sí mismo. Además, la fiesta se salió de control.

Mauricio, dedicado durante 10 años a la hotelería, regresa a la música con el disco Rola funk, Rock, latin y funk. Un trabajo independiente producido por dos destacados músicos en sesiones diferentes (Pedro Rovetto y Jaime Alzate).

Milagros, es un milagro. Conversamos con él sobre sus inicios con el grupo Las Vacas en Cali, su trabajo con Tweety González en Superlitio, la caleñidad, las oportunidades que nos brindamos.

Ahora es un personaje sosegado, reflexivo y amante apasionado de los escenarios y la música en vivo.

¿Qué pasó con el Baby?

Cuando reinicié mi carrera pensé en llamarme el Baby. Milagros salió por otra cosa más adelante te contaré.

Antes de Superlitio hacías postpunk con Las Vacas. ¿Cómo fue esa época ?

Maravillosa. Nos íbamos al Valle de los hongos en Cali, es muy conocido porque lo nombra Andrés Caicedo. Queda entre Cali y Jamundí. Nos los comíamos en el bus, cuando llegábamos a tocar ya estaban haciendo su efecto.

Era escuchar the Cure, Bauhaus, todo muy experimental. Ummagumma (Pink Floyd). Era alterno y a la vez muy depre. Nos pintábamos la cara de blanco y nos dibujábamos ojeras. Esa banda fue muy importante para mí.

Alcanzamos a tocar en un Rock al parque. En la media torta. Le abrimos a Control machete. Todo mundo iba a verlos a ellos y nosotros hijueputa con ese sonido depre. En esa época era un público hijueputa que partía las bancas de cemento y le tiraba los pedacitos a uno.

La chica que tocó antes de nosotros se bajó llorando, la habían sacado mal. Me tiré al público y empecé a decirles «¿qué pasa Bogotá?, yo pensé que tenían cultura. Sacaron a la muchacha llorando. Yo vengo de provincia». Me respondían» Andate para tu Cali gonorrea». Tocamos esquivando piedras. Le pusieron una pedrada al instrumento del guitarrista.


¿Cómo ha influido la ‘caleñidad’ en tu música?

Venimos de la salsa. Fuimos esa contracultura a la que le gustaba el rock. Nos conectamos con el movimiento alternativo, que fue una putería. Todo mundo empezó a mezclar cosas.

Los discos Marciana y Sonido mostaza sonaban funk y rock, pero desde ahí ya se veía Superlitio era una banda que metía motivos digitales y samples. Eso no se veía en Cali.

Cuando llega Tripping Tropicana le metimos cumbia, salsa y otras cosas. La fusión se amplió a lo más latino. Esa contracultura de los que quieren ir más allá de la salsa es muy fuerte. Lo ves en el cine caleño que tanta influencia ha tenido en Colombia.


¿Qué experiencia te dejó haber trabajado con Tweety González en el disco Tripping Tropicana?

Una de las cosas que más recuerdo de él era que solo se alimentaba con galletas Oreo.

En ¿Qué vo’ hacer?, por la que nos nominan al Grammy, el man coge la cumbia colombiana y le mete timbales sinfónicos. Pipe y Pedro se encargaban de hacer esas secuencias pero él las llevaba a un nivel brutal. Fue muy rico haber trabajado con él.


¿Crees que aún hay cosas de SL en tu música?

Sigo siendo alterno. Las primeras canciones que grabé se vuelven el lado b de este RolaFunk. Son canciones suaves, como baladas con algunas secuencias. Me las ayudó a grabar Pedro Rovetto en Árbol naranja.

Se unen con otros temas que me ayudó a producir Jaime Alzate, el batero de Bomba Stereo. Tienen una producción alternativa pero sin más para bailar.

Mauricio Milagros en vivo. Foto tomada de su Facebook

¿Qué opinas de la ‘música urbana’?

Me parece que hay cosas muy bacanas ahí. Hay unos productores muy hijueputas trabajando ahí. Ahora está muy de moda el DJ set.

Venimos de la música totalmente en vivo, pero te lo digo, estoy creando un DJ set. Tengo mi banda pero debo modernizarme para viajar, ofrecer mi producto en diferentes partes.

En mi show tengo tres canciones que hicimos con Superlitio: ¿Qué vo´ hacer?, No sé si volverá y Perro come perro. El mismo Pedro me dijo que las debía tocar y me negué. Luego me dije «Es que soy huevón. Es mi gancho para volver. Dejé la música como diez años o más.»

¿Quisieras interpretar más temas de Superlitio?

Eso ya es otra cosa. Debo preocuparme por dejar de ser el ex vocalista de Superlitio. Obviamente tocar un Perro come perro me encanta. Haber podido pegar una canción alterna en este país es un orgullo.

Hay mucha gente que se recela de tener que tocar ciertas canciones. Imagínate los Eagles no tocar Hotel California, los matan.

Cerati es un ejemplo muy hijueputa. Solo tocó sus canciones y por más que la gente se lo pedía nunca tocó nada de Soda Stereo. A Silvio Rodríguez le dicen que toque Ojalá y ya no se acuerda de la canción.

¿Qué hiciste durante estos diez años alejado de la música?

Estaba muy depre desde que estaba en Superlitio. Esto me llevó al alcohol, las drogas, no entenderme, estar peleando con mi mente. Mi Paula (esposa) me salva, montamos el hostal, el restaurante. Me dediqué a los negocios con ella. Seguía muy rumberillo y la gente me decía que debía volver a hacer música.

Un amigo me regala un Curso de milagros, un método de programación neurolingüística tirado hacia el lado espiritual. Es un mamotreto inmenso. Te toca hacer ejercicios de meditación y aprender a lucha contra tu mente.

Antes pensaba que la mente era uno. Es como el cuerpo, una herramienta para comunicarnos con los demás. Me enseñaron a querer, perdonar y sanar.

Empiezo a hacer el curso y la energía me vuelve. Ahí me di cuenta que solo se odia lo querido, como dice Julio Jaramillo. Llegué a odiar la música cuando es lo que más me gusta y quiero hacer. Me dediqué al turismo, los hostales y ahora volví a la música con toda.


¿Qué le dice Mauricio Milagros al Baby?

Qué se aprenda a conocer. Qué no le tenga miedo a su mente, que sepa que es una herramienta y no un enemigo. Qué la coja suave. El camino es largo y lo que importa es ser constante.


¿Qué es RolaFunk?

Es rock, latin y funk. Rola viene de ese término mexicano para canción. Poco a poco le vas encontrando muchos sentidos.


¿Qué es lo mejor de escuchar a Mauricio Milagros hoy en día?

He vuelto a la música convencido que es lo que más me gusta hacer a parte de estar con mi mujer. Soy un man que le meto mucho cariño a la música. Me gusta mucho cantar, presentarme en vivo. Lo cual, en estos tiempos de la IA, cada vez va a tener más preponderancia.

Me parece muy bacano que me acompañen en los toques y escuchen mis canciones. Tengo sentido en lo que es ser un músico independiente.

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