Por Manuel Estévez
Spinal Tap: The End Continue, es un falso documental de rock cómico que retoma la historia de este disparatado conjunto musical.
La nueva versión de Spinal Tap no es tan hilarante pero es una digna sucesora para estos tiempos de la original de 1984. La historia de moderniza y toca temas modernos sin cambiar su tono absurdo y fan sobre el tema.
La locura de los 80 y Rob Reiner

A inicios de la década de los 80, un joven y barbudo Rob Reiner tenía la idea de dirigir y actuar en una pelicula sobre los mitos de las bandas de rock de los setentas. Bajo su aguda mirada cayeron Black Sabbath, Led Zeppelin, Deep Purple y otros legendarios grupos y sus más estrafalarias historias.
Amplificadores con onces niveles de volumen, novias entrometida, fallos técnicos en tarima, ideas absurdas para los conciertos e improvisadas prótesis fálicas.
Una banda que cobró vida

Reunió a los actores cómicos Christopher Chase, Harry Shearer y Michael Mckean, quienes perfeccionaron sus capacidades como músicos y cantantes y conformaron una verdadera banda.
Ahí Rob se dio cuenta que los pantalones de spandex no eran lo suyo y pasó al personaje de Marty DiBergi, director, entrevistador y narrador de la historia de Spinal Tap.
Vi la película en TV y la grabé en mi VHS, viéndola una y otra vez con amigos o solo. Un clásico lleno de clichés, humor incorrecto, burlas a la deformada visión de la sexualidad de los rockeros de entonces.
Su historia ha tenido adeptos como Vicentico de Los Fabulosos Cadillacs, Slash y Duff de Guns N’ Roses, Jeff Beck y Joe Satriani, quién fue guitarrista de la banda.
En medio de las giras reales que la banda ha hecho, sacaron un espacio para participar en un capítulo de Los Simpsons, donde Harry Shearer interpreta a Personajes como el Maestro Skinner, El Dr Hibbert o Willie el escocés. Fueron traducidos como Los Médula y su presencia ocasionó desmanes en el tranquilo Springfield.
La secuela de 2025

Cuando supe que se preparaba una segunda entrega temí lo peor. Mi sorpresa con la película ha sido positiva.
Está contada de manera similar al rockumental La historia de Anvil, el caso real de una influyente banda canadiense de heavy metal que desapareció y sus integrantes debieron dedicarse a trabajos bien particulares.
A pesar de la discreta respuesta de los espectadores, costó 23 millones y ha recaudado un 10% de eso, confío en los fans viejos. Aunque no tiene la misma calidad y frescura, es una continuación muy digna.
Hay varias críticas importantes a Spinal Tap: The End Continue. Está claramente diseñada para conocedores de datos cocteleros del rock clásico y la película original. El heavy metal clásico ha desaparecido de la cultura masiva para ser un género de nichos pequeños.
Los jóvenes de hoy ven con repulsión a los hombres mayores que no entienden sus dinámicas sociales y deben ver la película de los ochentas como una estúpida pieza de museo. La industria musical de la que se burlaba la película ha mutado exponencialmente.
Cameos, guiños y un final acordé a su espíritu
Por mi parte diré que me divertí mucho. Qué fue ligera, entretenida y tan tonta como esperaba. Tiene cameos de artistas entre muy famosos, prestigiosos y otros de una puntualidad maravillosa. El final se caga en todo y me encantó.
Si la veo en TV la volvería a grabar y la vería con mis amigos. Piezas de museo viendo una pieza de museo que entendemos.
