Por Manuel Estévez
La directora Marianna Brennand debuta con la dolorosa y brutal película Manas. Cine contemporáneo brasileño que nos cuenta una historia selvática de pobreza, machismo y abuso sexual.

Estrenada en Brasil en mayo, nos cuenta la historia de Tielle, una niña que descubre la injusticia del sistema patriarcal de la peor manera.
Una infancia rota por el patriarcado

La protagonista de Manas (Jamilli Correa) es una niña de trece años forzada por su padre (Rômulo Braga) para que sea su amante.
Su madre (Fátima Macedo) observa con rabia y dolor esta situación pero no puede hacer nada debido a su precaria condición económica, sumada a la férrea idea tradicional y cultural de que el hombre siempre tiene la razón.
En esta historia confluyen la religión como mecanismo de control y la insuficiente presencia estatal en casos como este. A pesar del interés de Aretha, una comisaria encarnada por Dira Paes, no es mucho lo que la funcionaria puede hacer a pesar de tener las pruebas y la ley de su lado.
La película está respaldada en la producción por el destacado director brasileño Walter Salles (Ciudad de Dios) y el actor Sean Penn.
La religión como faro social y un Estado ausente
Este es un dramático coming of age, descarnado y sin esperanza. Refleja la realidad de los territorios alejados en Latinoamérica.
La menarquia de las niñas coincide con el inicio de su vida sexual, de manera consentida o no por ellas. En muchos lugares es común y normal que esto suceda.
La prostitución se convierte en el camino de subsistencia más accesible para muchas jóvenes. La policía no tiene ni la capacidad ni el interés suficiente en estos casos.
Ya hemos visto películas de violencia patriarcal y religiosa en el cine como Philomena, Las hermanas de la Magdalena, la mala educación o Los hijos de la calle. Las dos últimas reaccionan sobre la normalización del abuso sexual a menores en la sociedad y las instituciones.
Un brutal coming of age, aún sin fecha de estreno en Colombia
Manas es una reflexión profunda sobre las privaciones y las necesidades de las comunidades más vulnerables. El machismo como única forma bien vista para mantener un núcleo familiar.
Actores naturales que lo brindan todo en este trabajo doloroso y demandante. Un inmenso cuerpo acuático que testifica secretos que se conocen a gritos. Todo esto contado con inmenso cuidado, sutileza y sugiriendo más que enseñando.
La película aún no tiene fecha de estreno en Colombia.
