¿Qué es el amor?

Por Daniel Bonilla

Fotografía tomada de www.scene-stealers.com
Fotografía tomada de http://www.scene-stealers.com

Cuando al apagarse las luces de la sala de cine, vemos las primeras secuencias de ‘Amor’ es imposible no pensar que lo que vendrá será una obra maestra. La audacia del aclamado director alemán Michael Haneke se detecta desde el momento en que pone ante nuestros ojos a un auditorio a punto de presenciar una ejecución de piano en un teatro en París. Una voz, que no sabemos de dónde proviene, advierte a los asistentes de espectáculo maravilloso del que serán testigos y que por favor apaguen sus teléfonos celulares. Con suma delicadeza, Haneke hace de la pantalla un gran espejo para decirnos que, efectivamente, estamos ad portas de una película inolvidable y que, por supuesto, lo que estamos a punto de presenciar es una historia que le puede suceder a cualquier persona, en cualquier parte de mundo.

El drama de Georges y Anna, la pareja de ancianos que protagoniza esta pieza, es capaz de calar hasta lo más profundo de cualquier alma; todos sus elementos están puestos en su sitio con una exquisita delicadeza que raya en la perfección, pero definitivamente sobresalen las actuaciones, por un lado, de Jean-Louis Trintignant, cuyo papel es el de un hombre dueño de un carácter recio curtido por los años y una sensatez que solo los hombres sabios llegan a experimentar, y por el otro, Emmanuelle Riva, gigantesca, conmovedora hasta la médula, con un rol que le mereció la nominación a mejor actriz en los premios Oscar.

‘Amor’ ha acaparado aplausos y reconocimientos en todos los lugares en que se ha presentado, tal vez porque al frente está un director de quilates contando un drama tan simple como cotidiano pero engrandecido por el tratamiento dado en pantalla, y porque al momento de hablar del sentimiento amoroso, siempre podrá decirse algo diferente por cuanto cada individuo lo experimenta de manera única y absolutamente singular.

Yo no sé qué es el amor y tal vez nunca llegue a saberlo, pero sospecho que en nuestros días el amor se convirtió en una palabra tan manoseada que ha perdido todo su carácter majestuoso. Si el amor es esa palabra tan desgastada que cualquiera usa hoy como moneda de cambio, la película de Haneke está mal titulada, pero si, por el contrario, el amor es aquello que no somos capaces de explicar porque ninguna palabra puede definirlo, que conmociona hasta las fibras más hondas y provoca los actos más inexplicables, desconociendo toda idea de moral colectiva en vías de hallar sentido solamente para el enamorado, indudablemente Haneke usó el mejor título posible.

Un comentario Agrega el tuyo

  1. Si realmente es cierto la palabra amor esta desgastada, pero no por eso deja de tener el peso que tiene. Y pues eso sólo puede estar en la visión de un hombre, que hace de la sencillez una linda imagen.

Deja un comentario