Por Manuel Estévez
@Sonoadicto

La definición de terror puede variar mucho de una persona a otra. Cada uno de nosotros tiene miedos diferentes y tiene maneras de exteriorizar dichos miedos. Lo que alguien le da miedo no implica que le tenga que dar miedo a todo el mundo y viceversa.
De noche con el diablo (Late Night With The Devil) es una película australiana de suspenso que primero que todo hace una reflexión sobre la industria de la televisión, en general el consumo, que nos hace ser prescindibles a todos. Contempla desde un punto de vista esotérico que se suma a una trama misteriosa y con buenos giros argumentales.
Se la cataloga en el género del found footage, ese que juega a que los hechos que estamos viendo sucedieron, quedaron grabados y luego alguien los encuentra. Lo claro es que la película nos convierte en espectadores del programa de variedades.
El actor norteamericano David Dastmalchian viene en una carrera de ascenso. Lo vimos en Oppenheimer y también en la menospreciada El último viaje del deméter. Es un actor creíble, con una fisonomía que parece sacada de los 70s y con un método de actuación que lo ubica como un estupendo actor de suspenso y tensión.
Representa a Jack Delroy, un entrevistador de un talkshow nocturno que está en decadencia. Es un hombre atormentado por la reciente pérdida de su esposa. En su desesperación por no perder su programa reta a lo paranormal para obtener un rating destacado y ganar su lugar entre la élite de la TV.
Este escenario, el talkshow, nos presenta tres invitados singulares. Un psíquico que asegura comunicarse con los muertos; un escéptico que ofrece jugosas sumas de dinero a quien logre demostrar que su experiencia paranormales es verdadera.
Por último una parapsicóloga y Lily, su protegida, quién es una niña que se dice está poseída tras crecer en una casa donde se practicaban rituales. Todo como parte de un especial de Halloween.
La narrativa logra sumergirnos en ese programa de televisión y mantiene el suspenso todo el tiempo. No nos permite relajarnos, a pesar de los abundantes gags y el ambiente cómico que muchas veces rodea las situaciones. Obviamente un humor bastante negro.
Es un homenaje a los formatos audiovisuales y los maneja de una manera muy correcta. La ambientación es perfecta, al grado que cuando entro a la sala pienso que la pantalla está desenfocada. Es la representación de que estamos viendo un programa de televisión de hace 50 años.
La vida real se ve en un impecable blanco y negro que nos divide la experiencia del supuesto found footage. Hay una escena donde uno teme ser hipnotizado, otra donde se presenta al público y se desvía la atención efectivamente y una más dónde el psíquico es aparentemente desenmascarado como estafador. En todos el espectador es engañado.
Es una película psicológica y su terror se basa en la expectativa que va creando a medida que la trama se desarrolla. No es una película de jumpscares ni susticos sino de una aparentemente confusa que termina siendo supremamente sencilla y nos lleva a un momento épico en su desenlace.
La película logra asustar pero simultáneamente nos hace reflexionar y nos pone en un lugar incómodo todo el tiempo, algo que valoro personalmente en las películas.
Las actuaciones están muy bien logradas Lily (Ingrid Torelli), la parapsicóloga (Laura Gordon), el incrédulo (Ian Bliss), el psíquico (Fayssal Bazzi), el patiño del presentador (Rhys Auteri) y como el narrador el hombre rudo de la acción ochentera Michael Ironside. Cada uno muy bien modelado descrito y realmente creíble punto además de que no son actores tan conocidos quienes lo representan.
La perfecta dirección de arte complementa esto y es uno de los puntos más fuertes de la película. Quizás el lado débil se ve para quienes no tienen paciencia y no se dejan introducir en el ambiente que nos plantean los directores Cameron y Colin Cairnes.
El final es un delirante premio a la paciencia a la espera que hemos tenido y al interés que nos ha generado la película.
De noche con el pertenece a esta nueva corriente de terror independiente y que busca ser novedoso. En contraposición con el terror de alto presupuesto que se ha hecho predecible y reiterativo. Ahí radica su importancia y el valor de su experiencia.
Nos transportan a otra época y lugar. Nos sumergen en un mundo espiritual creíble. Las actuaciones son buenas. Presentan el terror desde un punto de vista diferente. No la deje de ver desde el 12 de septiembre en salas de cine en Colombia.
