Io Capitano, el duro sendero de los superhéroes

Por Manuel Estévez
@sonoadicto

Algunos detractores de la crítica cinematográfica se burlan cuando un crítico utiliza la expresión ‘necesaria’ para referirse a una película. Incluso la misma crítica es poco indulgente con este calificativo considerado un cliché nada importante o diciente.

Io Capitano o Yo Capitán es una producción absolutamente necesaria. Es la historia de la población migrante africana en su búsqueda de un mejor futuro en Europa. Personalmente me toca bastante el tema por haber trabajado en varias ediciones de Cinemigrante Colombia. Me satisface mucho poder ver una película con un buen presupuesto y bien trabajada que trata el tema. La conocí por ser una de las candidatas a los Globos de oro 2024, donde fui votante, la voté con mucha ilusión. Verla en la Selección final por el premio fue muy satisfactorio para mí.

Matteo Garrone es el director responsable de películas como Dogman o Gomorra. En este trabajo nos presenta una historia supremamente sencilla, narrada con visos de realismo mágico y que definitivamente, a pesar de ser muy dura, es una versión ligera de las verdaderas historias de estos jóvenes que buscan en Europa una mejor vida. Mamadou Kouassi, es el coguionista, se basa en su experiencia personal. Él mismo se embarcó en este viaje a los 20 años.

Seydou (Seydou Sarr) y Moussa (Moustapha Fall), parten de Dakar en Senegal con la idea de ayudar a su madre y tener una vida de aventuras en la opulencia, respectivamente. Lo que encuentran es muerte en el inclemente desierto, abusos por parte de las autoridades y la temeridad de cruzar el Mediterráneo. Ambos son actores debutantes. Seydou, quien tiene trayectoria como artista musical, ganó el Premio Marcello Mastroianni al mejor actor joven. La película ganó el León de Oro en el Festival de Venecia.

Seydou es un muchacho maduro, responsable y empático. Su crianza está ligada a valores muy claros. Realiza su viaje de manera altruista. Moussa es todo lo opuesto, ve la vida fácil y cada acto como una travesura. Es quizás quien más debería cambiar después de este viaje, en respuesta al arquetipo del héroe.

La belleza detrás de Yo Capitán es su inocencia y el punto de vista totalmente permeado por los ojos de unos jóvenes ingenuos. Al iniciar la historia, nunca pensé que estos dos amigos fueran a vivir todos los traumáticos episodios que debieron transitar. Nada está garantizado y cualquier cosa puede suceder y eso mantiene vivo el interés del espectador.

La fotografía está a cargo del experimentado Paolo Carnera. El montaje con un colaborador habitual de Garrone, Marco Spoletini. Tiene una colonización muy bonita y además un ritmo ágil que la hace sumamente entretenida y al mismo tiempo descriptiva.

Es una película sencilla y con momentos muy emotivos que es un gran punto de partida para interesar al gran público en esta aterradora temática. Es un intenso viaje emocional que no da respiro. Humaniza a estas voces anónimas que más parecen cifras que personas. Es la apuesta italiana para representar a este país en los Premios Oscar.

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