Saltburn, una burla al suspenso inglés

Por Manuel Estévez

@Sonoadicto

En el año 1995 un langaruto protohipster venido a la ciudad industrial de Sheffield causó gran impacto dentro del britpop. Jarvis Cocker, en conjunto a su band Pulp, cambió el panorama pop con su estilo narrativo, que destacaba por su carácter literario y de cierta manera pomposo. El disco Different Class contenía himnos como Disco 2000 o Something Changed, pero ninguno como el gran hit de Pulp.

La canción Common People cuenta la historia de una mujer aristocrática que a manera de experiencia decide ir a vivir junto a unos personas de clase media. Anécdota que aparece en la película Saltburn. Una satírica comedia negra que se burla de la opulenta sociedad británica de alta alcurnia. Y en algún momento mencionan a la matrona de la familia como la mujer protagonista del exitazo de Pulp, de la cual se sabe que fue real pero su identidad ha sido un misterio. Esta historia coral es la tercera película como directora y guionista de la también actriz Emerald Fennell quien había impresionado con su segundo título A Promising Young Woman en 2020.

Barry Keoghan representa a Oliver Quick, nuestro talentoso señor Ripley, un joven pobre que cala entre la familia en una mezcla de lástima y cariño por una mascota. El galanazo Jacob Elordi se redime luego de su rara interpretación de Elvis en Priscilla, es el interés obsesivo de Oliver. El resto de la adinerada familia Catton está compuesta Sir James (Richard E Grant), un completo imbécil sin más carisma que sus propiedades, Lady Elspeth (Rosamund Pike), la frívola y superficial consorte. Esta pareja con su exagerada indiferencia y arribismo nos guían en el tono que se desarrolla la historia. Alison Oliver (Venetia) y Archie Madekwe (el primo Ferleigh), completan el panorama de esta familia desconectada del mundo. Carey Mullygan interpreta a una descarriada amiga de la familia.

La directora y guionista, presenta una comedia negra con tintes de thriller a lo Agatha Christie. El problema principal es que es demasiado milimétrica y no tiene derecho a que la fortuna se equivoque en cualquier cosa. Hay puntos de giro interesantes pero demasiado irreales. Aun así tiene buen ritmo y es entretenida. Si se olvidan los agujeros en el guión es muy disfrutable. Momento, creo que todo esto está calculado y la película es una total parodia, o eso espero, si no es una absurda tontería.

El montaje (Victoria Boydell) y la cinematografía (Linus Sandgren) destacan por imprimirle arte simbólico y elaborado. La mansión Saltburn es mostrada en toda su dimensión y aprovechada de manera notable. Primeros planos, medios y panorámicas para los puntos más narrativos de la casa y su jardín, forman una colorida y completa vista de cada situación. No olvidemos el laberinto ‘minotáurico‘ que inevitablemente recuerda a El Resplandor o El Laberinto del fauno. Margot Robbie hace las veces de productora, a Barbie le gusta apostar por las cositas raras. Ya había producido A Promising Young Woman, segunda película como directora de Fennell, y luce muy divertida en las fotos para la prensa con una maqueta de la lujosa mansión.

Se ha hecho bastante eco en sus «escenas polémicas». Algo de amor gay, masturbación, un enamoramiento obsesivo, un desnudo masculino y unos toqueteos a una mujer con el periodo. No es tan escandalosa como los publicistas lo proponen. Hay una escena en una tina que sacudirá a los tripofóbicos, personalmente me incomodó bastante y la recuerdo con mucho asco. En esta época de correcciones políticas puede ser inadecuada, en los setenta era cualquier película de Jess Franco.

Saltburn es una mamadera de gallo. La han querido comparar con la coreana Parásitos, por tratarse del resentimiento y la distancia entre clases sociales opuestas. La lucha típica y estereotipada entre clases, el rico tonto y el pobre aventajado. Desprecio, subestimación, envidia y claro, apariencias y banalidades. Divertida, cínica y delirante. Vea ‘Salquemada’ y conozca a sus peculiares habitantes e invitado. Quizás se anima a bailar Murder in the Dance Floor empelota en su sala.

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