Poor Things o cuando tratamos de ser auténticamente libres

Por Manuel Estévez
@Sonoadicto

«He tomado 5 miligramos de heroína a través de los dedos de los pies para el dolor, anfetaminas para obtener energía y cocaína porque soy partidario de la cocaína».

Godwin Baxter (Willem Dafoe)

Poor Things es la nueva película de Yorgos Lanthimos (El Sacrificio del ciervo sagrado, La Favorita o Canino). Un catálogo sobre del sarcasmo, el libre albedrío, de la libertades personales y de hasta dónde estamos dispuestos a permitir que las otras personas se desarrollen como tal. La colonización de un mundo nuevo, de experiencias, el desarrollo mismo de la personalidad, todo visto a través de los ojos de una mujer con el cerebro de un feto. Y por supuesto aderezada con un absurdo humor que la hace aun más disfrutable.


Emma Stone, también productora, y la película ganaron respectivamente los Globos de Oro a mejor actriz en una comedia y mejor comedia. Completamente surreal, onírica y con un desarrollo de personajes bastante interesante. La narración apoya en una dirección de arte espléndida, destacada cinematografía y un universo steampunk fantástico.

Yorgos es un director que no se la pone fácil al espectador jamás. Creo que en esta ocasión juega a Pasolini, JP Jeunet o Jodorovsky. Sus personajes son retorcidos pero al mismo tiempo entrañables. Logra que la dimensión que adquieren sea valiosa. Son tangibles, humanos y poseen una vida propia. Willem Dafoe, como una suerte de doctor Frankenstein deformado por su propio padre. Un divertidamente sobreactuado Mark Ruffalo es un sinvergüenza buena vida, promiscuo y dramático. Ramy Youssef como el buen muchacho con ilusiones de tener a Bella como su esposa. Sumergen al espectador en una delirante historia de amor y sociología. Todos con el trabajo franco de hacer brillar a la estrella principal.

La actuación de Emma es contenida y desatada en simultánea, ahí está su virtud. Lograr ese equilibrio en un papel que fácilmente puede caer en lo ridículo. Es una performance física que causa toda una tempestad con su accionar. Bella va madurando a medida que la narración avanza. Poor Things posee tres actos marcados. La fantasía, la aventura y la filosofía. Nos recuerda a anteriores trabajos del griego pero yendo a terrenos más excéntricos.

La casa del profesor Baxter (Dafoe) es un lugar mágico y de ensueños, en blanco y negro. Debido en gran medida a sus experimentos en los cuales mezcla diferentes especies de los reinos vegetal y animal. El mundo, mas allá del muro, en color, es un lugar despiadado que atrae y asquea a Bella (Stone) por igual.

Tony Mcnamara ya había escrito guiones para películas interpretadas por Emma Stone: Cruella y La Favorita. Así que entiendo cómo podía proyectar el personaje teniéndolo ya enfrente. La película está basada en el guión en el libro homónimo del escritor y pintor escocés Alasdair Gray, publicado en 1992. Es una revisión fresca y desfachatada de las bases de la novela Frankenstein de Mary Shelley. Existen algunas fallas en situaciones que no se resuelven o se cierran precipitadamente.

Los equipos de dirección de arte y vestuario llevan un peso importante en la narrativa de la historia. Su trabajo es impecable. Crean este universo cambiante, totalmente surreal y que, aunque se ubica en la masónica época victoriana, luce atemporal. Esto se combina con una disonante banda sonora a cargo del debutante Jerskin Fendrix, candidato al Globo de Oro por sus composiciones. Theremin, banjo, slide guitar, cuerdas rechinantes y orquestaciones extrañas forman parte de esta rara belleza musical a la par con los movimientos torpes y las exageradas cejas de Bella.

A los tres cuartos de película me sentía como si me hubiera acostado varias veces con Emma Stone. Sus escenas son explícitas, sucias y repetidas. Llegan a causar hastío. Es una manera de afirmar que el deseo sexual está en nosotros desde que somos niños y al hallar este goce nos es muy difícil separarnos de él. Además, sexualiza frontalmente a una estrella consentida de Hollywood. Bella no es ninfómana, es una mujer descubriéndose.

Poor Things es una gloriosa y barroca colección artística. Bien actuada, bien construida, bien fumada. Una comedia negra con falsas ínfulas de panfleto político y un deseo inmenso por ridiculizar conceptos y estereotipos tradicionales del comportamiento humano. Gracias Yorgos, esta vez nos tomaste del pelo otra vez.

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