El Niño y la garza, un camino a la intimidad de Miyazaki

Por Manuel Estévez
@sonoadicto

Hace tres años estuve en coma. Fue un tiempo indeterminado de vacuidad. No había luz, frío, oscuridad o calor, nada existía. Gradualmente, en la medida que los médicos me traían de vuelta, me sumergí en un multiverso de mí mismo. Fui muchas personas y tuve muchos nombres hasta que me lograron despertar. Milagrosamente sobreviví. Los delirios continuaron por un tiempo largo. Estuve en terapia psicológica, conté mi historia en tv y a la prensa escrita y me cambió en muchos aspectos.


El equipo de Studio Ghibli, nos presenta una película totalmente metafísica y femenina. La historia de Mahito, un niño que desea romper las barreras de la vida y la muerte para recuperar a Hisako, su madre. Una extraña garza le cuenta que ella está viva. Mahito inicia una aventura mágica y mística. Un sin fin de puertas y pasadizos se convierten en un intrincado laberinto lleno de seres que solo una imaginación muy desbordada o un hombre consciente de la realidad mágica pudieron ilustrar.

Gina Navarro de Revista Sono cita que el universo Ghibli tiene usualmente a niños como protagonistas. Las personas de edad cumplen un rol muy particular como guías ambivalentes del bien y el mal, las aves como guardianes de un mundo mágico. Son figuras y tramas recurrentes en sus películas.

El trasfondo familiar de esta historia es muy importante. Luego de la muerte de Hisako, su esposa, el padre decide irse a vivir a una finca junto con Natsuko, hermana menor de su difunta esposa a quien ha tomado como esposa y esperan un bebé. Esto no es nada fácil de asimilar para Mahito y lo lleva a aventurarse en este universo alterno. Hayao Miyazaki, su experimentado director y guionista, se refiere a este como su título más personal, muchos pasajes y metáforas seguramente solo comprendidos por él.

Este mundo agobiante de seres que parecen sacados del tríptico del Jardín de las delicias del pintor flamenco El Bosco. Estás realidades alternas que solo pueden existir en ellas mismas. La búsqueda de un camino que conduce hacia un gran premio. Plantas y animales que no existen en nuestro universo.

Todo esto viví cuando estuve en el proceso de regresar del más allá. Escribí mi historia, no al maravilloso nivel del fallecido compositor Mark Lanegan en su libro El Diablo en coma, pero lo hice. Fui incapaz de publicarla por lo íntimo que trataba y el inmenso dolor que me causaba cada vez que trataba de complementar o incluir más detalles en el texto.

Miyazaki cortó con una pausa de 10 años sin dirigir una película por algo importante. De niño me fascinaba su serie Conan el niño del futuro, ahora tras cuarenta años sigue haciendo un cine maravilloso. Nos conecta con nuestra propia vida. Presenta un lugar excéntrico a quién lo quiera visitar.

Técnicamente es muy ambiciosa. Logra una imagen extremadamente definida y una animación más fluida de lo normal. Joe Hisaishi, colaborador musical de la mayoría de películas de Miyazaki y otro directores como T. Kitano, construye una pieza clasicista basada en el piano que se apoya en las cuerdas para acentuar y marcar cambios de ánimo. El cello cobra vida en algunas partes, pero las teclas predominan en este trabajo candidato al Globo de Oro.

Desde mi muy personal punto de vista Natsuko en realidad está en coma. Ella es realmente la protagonista. Y todos estos recovecos están en su mente y en el éter. Simplemente guía a su hijo para encontrarla.

Ganadora al Globo de Oro como mejor animación y nominada al Oscar 2024. Estreno en Colombia enero 25

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