Oppenheimer o el triunfo del cine

Por Manuel Estévez
@Sonoadicto

No tengo ninguna duda. Oppenheimer es la película más importante del año para Hollywood. Es la perfecta pieza que combina una dirección dedicada, actuaciones de método, gran trabajo visual, una banda sonora excepcional, premios, un taquillazo y la visión histórica y moral qué tanto fascina al público. La carrera contra el tiempo, y posterior caida en desgracia, del inventor de la bomba atómica interesa al público en los conceptos fisicos y lo cuestiona con sus dilemas morales.

Christopher Nolan, director y guionista, es un artista de lo complejo. Un realizador que se preocupa por presentar un cine, que aunque comercial, demanda la atención permanente del espectador. Para mí gusto su última gran película fue Dunkerque, Tenet me pareció demasiado pesada y enredada, me aburrió. Es más, no sé hasta qué punto habría aguantado ver el Origen a esas alturas de mi vida. Sin embargo, para eso están Memento, Batman Begins o the Prestige. Joyas que se mantienen Indelebles en el tiempo y son la mejor carta de presentación de este británico.

Es la sexta película de Cilian Murphy al servicio de de Nolan. Realiza una de las preparaciones físicas y mentales más demandantes de los últimos tiempos. Posiblemente la más exigente en su carrera como actor. Baja muchísimo de peso, entra en un trance social, por lo cual sostiene constantes roces con el resto del elenco. Durante el rodaje se convierte en un hombre huraño, distante, que no se alimenta con más que unas pocas nueces al día. Todo para representar físicamente a Oppenheimer y además tener las herramientas suficientes para personificar a este ostrascista científico norteamericano.

Robert Downey Jr representa al antagonista. Lewis Strauss es un político manipulador que se hace enemigo silencioso del científico por sentirse menospreciado en sus conceptos. Para mí el actor de reparto más interesante de la película es David Krumholtz que representa a Isidor Isaac Rabi, quien apoya y se termina convirtiendo la conciencia de Oppenheimer. Un personaje que ha pasado desapercibido en los medios y es vital para la construcción de la historia y la narrativa. Gran actuación y gran personaje.

Nolan incluye a Matthew Modine, Rami Malek, Jason Clarke, Jack Quaid, Josh Harnett y un sorpresivo Gary Oldman, entre otros actores masculinos. Logra darle carácter propio a todos los personajes e involucrarlos de manera importante en la historia. Quizás el eslabón frágil puede ser la actuación de Matt Damon como un militar estereotipado y folclórico que dista de la calidad actoral y construcción del resto del conjunto.

Por el lado femenino, Emily Blunt y Florence Pugh destacan en sus interpretaciones. Emily representa a Kitty, esposa de Oppenheimer y una pieza fundamental en la misión de su esposo. Apoyo serio y permanente en medio de las crisis más fuertes. Florence actúa como Jean Tatlock, amante durante un tiempo del científico. Ella es de cierta manera la conciencia política, el punto de escape y la demostración de que Oppenheimer es humano. Se controvirtió sobre el desnudo de la actriz en una escena, y si este era necesario o no. Para mí, ni quita ni pone en la historia que Pugh esté desnuda. Este año he podido ver desnudos mucho más gratuitos como el muy desafortunado protagonizado por Jennifer Lawrence en la horrible comedia No Hard Feelings. Considero que se hace énfasis en este por la fama alrededor de la película.

Es muy bello como Nolan no recurre a efectos de CGI para esta película. Todo el trabajo visual se basa en los llamados efectos prácticos. Las explosiones nucleares se filman a partir de maquetas y en general es un trabajo artesanal bastante loable. Vivimos épocas en que los actores deben rodar hablándole a un colega vestido de lycra y con puntos en la cara contra una pantalla verde. 47 artistas en el departamento de efectos visuales y 8 en el de efectos especiales. El sonido o su ausencia se combinan brillantemente con psicodélicas elucubraciones. El oscarizado diseñador sonoro Richard King logra un ambiente sobrecogedor en los momentos climáticos.

Ludwing Goranssen compone una banda sonora bella e inquietante. Ganador del Globo de oro, destaca en un año bastante competido en este item. Está contrastada. Tiene momentos del Hollywood clásicos con pasajes muy bonitos de cuerdas como en Can You Hear The Music y otros como Fission o Manhattan Project en que se percibe el fin del mundo de una forma tangible. Música de progreso y al mismo tiempo de terror.

En medio de esta crisis de la industria estadounidense de gran presupuesto, Oppenheimer es una gran lección de cine. No es mi favorita del año pero creo que marca un hito importante. Me recuerda mucho el ritmo y estilo de JFK de Oliver Stone. Un juicio feroz, una narrativa intensa, un elenco importante, un hecho histórico controversial, los hilos turbios de la política y el juego entre el color y el blanco y negro en manos del talentoso Hoyte van Hoytema (Her, The Fighter, Spectre y las últimas cuatro producciones de Nolan). Oppie se debate entre su ego, pensamiento progresista y el hecho de ser un trabajador incansable más que un genio. El ‘destructor de mundos’, el comunista, el pacifista y el atormentado, todos matices que Nolan logra destacar.

Ganadora de los Globos de oro y favorita en los Oscar.

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