May December, los limites de la felicidad

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Por Manuel Estévez

@Sonoadicto

Si bien la sociedad ve en el incesto uno de los más reprobables actos, también es uno de los temas más buscados en las plataformas de contenido para adultos. Seguramente el estupro debe tener un público amplio, siendo más complejo y oculto socialmente por su connotación delictiva.

Un chico de 13 años y una mujer en sus 30 sostienen una relación que da como resultado un embarazo, una condena de cárcel, un matrimonio y un total de tres hijos para la pareja. La profesora Mary Kay Letourneau (Juliane Moore) es sorprendida teniendo relaciones con Joe (Charles Melton), compañero de colegio de su hijo. El chisme y el escándalo sacuden al tranquilo pueblo de Savannah. Elizabeth Berry (Natalie Portman) es una actriz que va a representar al personaje de Mary Kay a la pantalla y la visita para investigar los antecedentes y familiarizarse con su caso y vida familiar. Esto abre una caja de pandora que lastima a todos por igual.

Es imposible ocultar mi admiración por el director Todd Haynes, narrador de la condición humana. Carol, Velvet Goldmine, I’m Not There, son peliculas con un gran encanto, precisa dirección de actores, música arrolladora, bellos detalles cinematográficos y la firma de un autor que juega desde un lenguaje indie en las ligas de los grandes estudios. En May December, su más reciente trabajo y completamente ignorado por los premios, explora un pueblo pequeño estadounidense cuyo mérito es ser la residencia de la ex maestra, pastelera y abusadora de niños Mary Kay. Un personaje que logra lastimar a todo su círculo social y al mismo tiempo generar una morbosa fascinación en torno a sí misma.

El nivel actoral es muy bueno. Portman logra un papel muy adulto y por momentos sensual, quizás cercano al del Cisne negro y ahí puede estar lo que no convence a la crítica. Julianne Moore en su cinismo y desequilibrio brinda todo de sí. La batalla campal entre estas dos mujeres explota de manera casi inmediata. En el fondo, las dos son igual de envidiosas y trastornadas. Charles Melton es un adulto ingenuo madurado a las malas que se siente más inocente que sus propios hijos, que lucen como sus hermanos.

Es el segundo trabajo del experimentado pianista y compositor brasileño Marcelo Zarvos (Wonder, Human Capital, The Equalizer 3). Logra un interesantísimo score re orquestando la música de The Go-Between del legendario Michel Legrands (Los Paraguas de Cherburgo). Un aporte muy destacado a resaltar el ambiente cotidiano y por momentos asfixiante de la película.

Algunas personas en redes la acusan de teledrama o la vinculan jocosamente con el esperpento de la Rosa de Guadalupe. Personalmente considero que es una historia humana, un poco pasada truculenta por ratos y sí, novelera. Con algunos pasajes sacados de la más retorcida ambientación de Delia Fiallo, acentuados con la horrible traducción latina «Secreto de un escándalo«.

En mi concepto no una mala película. Es más un cruce de caminos que saca la visión más independiente y casera del director que al final no se resuelve plenamente. Sin ser la mejor obra de Haynes, nos ilustra una historia de doble moral, salud mental, prejuicio y una reflexión en como nuestros actos hieren a quienes queremos. Está bien hacer lo que nos hace feliz, pero hay limites.

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