Sin Clemencia, reflexión sobre la inutilidad de la guerra

Por Manuel Estévez

@Sonoadicto

Sin Clemencia, pelicula del director argentino Mauro Mauad, es una reflexión sobre la guerra y sus miserias, basada en el arquetipo de Romeo y Julieta.

Dos grandes amigos de toda la vida compran una tierra en el llano. En honor a su amistad no levantan cercas y viven con sus familias en perfecta comunión hasta que un incidente bastante absurdo hace que entren en conflicto por la posesión de una vaca (Clemencia) y un pedazo del terreno.

El compromiso matrimonial de los hijos es un catalizador de un conflicto absurdo y desproporcionado que lleva a la infelicidad a las dos familias. La locura de la guerra, el viaje mental en que sumerge a sus participantes y la forma como divide y empobrece, son valiosas ideas.

La película es un gran esfuerzo de su equipo de producción. Se leen los nombres de los actores dentro del equipo técnico, se nota el deseo por hacer las cosas de la mejor manera posible.

Tiene errores que empiezan por actuaciones muy irregulares de un personaje a otro, en un concepto más televisivo. La idea original está muy bien concebida pero su desarrollo tienen múltiples baches. El montaje se entiende pero dan muchas cosas por sentado que nunca muestran. La música se siente muy fuerte.

Sin Clemencia, es una comedia que causa risa y emoción entre entre el público al cuál está dirigida.

Conversamos con Mauro después de la premier de Sin Clemencia en la Cinemateca de Bogotá. Una producción de Alpataco, prensa por Toctalk y distribución por Impulso.

Hola Mauro, ¿cómo estás?

Bien, estoy muy feliz, muy feliz, muy emocionado.

¿Cómo es hacer este cine dirigido al público familiar?

Es cómodo, la verdad, es muy cómodo porque la historia nos llevó para allá. Hay historias que hemos hecho con Alpataco que son un poco más fuertes, diferentes categorías, pero esta sentimos que era así, que no teníamos que pasarnos en nada con Romeo y Julieta, con nuestra María y nuestro Ángel. Tenía que ser un beso tímido, un amor lindo, puro, no llevarlo a nada que nos pase el más doce aquí. Así que sí, podemos hacer una historia familiar, Creo que la geografía también nos ayudó. La historia no se prestaba para otra cosa que no fuera familiar.

¿Cómo llegas al llano? ¿Por qué te interesó filmar en este lugar?

Por Juan Carlos Rojas, es alumno del actor y dramaturgo Mario Jurado, por él llegué allá. Es un ser humano espectacular, con ganas de mostrar su llano, como no he visto a nadie en el mundo, la verdad. Muy orgulloso de su tierra. Y por él, llegamos allá, nos dijo: «aquí es,». No lo conocía y cuando llegué dije: «tienes razón, este es el sitio».

¿Cómo hace uno para lograr que una vaca camine sin parar? por, no sé, 100 o 200 metros.

Yo no lo sé. Creo que, en realidad, sí lo sé. Te voy a contar. Ella siempre iba a buscar el lugar de agua. Entonces, nosotros la mandábamos. Al principio, viste que fue para la izquierda, derecha e izquierda. Yo creo que todavía no había encontrado su lugar de agua. Pero al final, sí, la soltamos y se fue solita. Hizo una parada, se detuvo en un momento justo, si te fijas en el final, como haciendo un guiño a cámara. y después continuó. No sé si te acuerdas de eso, pero si la volvés a ver, fíjate. Clemencia fue nuestra protagonista indirecta de alguna forma. No tiene muchas reacciones, es una vaca, no aparece mucho, pero está presente todo el tiempo.

Hay una escena que me llamó mucho la atención, y es cuando están celebrando la Navidad, parece un poco un video de Nick Cave o algo así, no sé. ¿De dónde salió esa idea, esa música psicodélica y esos movimientos de baile?
¿Te acuerdas de Dumbo, el viaje de Dumbo? Eso un poco tiene que ver con eso. La locura del ser humano. Se volvieron locos en un momento. Estaban festejando la Navidad en una cosa de locura, ya ni siquiera sabían por qué peleaban.

¿Cómo conectas tú, como argentino, con la música del llano, el joropo y otras manifestaciones?

Me gusta mucho hacer música, en general me conmueve. Cuando encontramos el lugar, empezamos a darnos cuenta de que no hay otra música que no sea el arpa, que no sea el folclore llanero. Así conecté primero por la geografía, por el sitio.

¿Qué fue lo más difícil de hacer esta película?

No hubo nada complicado. Creo que el presupuesto. De alguna forma, encontrar el dinero
para poder llevarla adelante. Pero bueno, también fue simbólico, de alguna forma.


Finalmente, ¿cómo invitas a la gente a que vea la película? ¿Por qué ver Sin Clemencia?

Es una historia muy linda que habla de paz, de perdón, de buscar por qué tener que llegar a tanto.

Deja un comentario