Por Manuel Estévez

@Sonoadicto

La isla mediterránea de Malta es conocida por cosas que nada tienen que ver con ella. Los Caballeros de Malta, orden militar católica fue fundada en Jerusalén antes de las cruzadas. El Halcón Maltés, libro de Dashiel Hammett llevado tres veces al cine, la más famosa con Humphrey Bogart, trata sobre una estatuilla valiosa pero ficticia. Lo único que realmente distingue a esta isla estado es que es una opción para estudiar ir a inglés.

Tal vez por esto último es el sueño privado de Mariana (Estefanía Piñeres), una joven bogotana, estudiante de lenguas modernas, empleada de un call center y una outsider absoluta de la sociedad. Vive un mundo de sexo casual, drogas y un deseo permanente de estar lo menos posible en su casa familiar. Además, siente un odio auto impuesto por su mamá.

Mariana rompe esquemas del arquetipo del personaje siendo mujer, desde James Dean es casi un rol representado por hombres. Existen algunas féminas, como las de Ridley Scott, que previamente lo han hecho.

El elenco está complementado por actores de trayectoria como Patricia Tamayo y Jacques Toukhmanian; otros más nuevos pero destacados como Emmanuel Restrepo y César Badillo.

Natalia Santa (La Defensa del dragón) nos presenta en su segundo largometraje una historia oscura de auto aceptación, de búsqueda de un lugar propio y de relaciones familiares complicadas. Malta, cuenta la historia de una generación inestable por gusto y que persigue sueños completamente nuevos.

Mariana culpa a su madre de la partida de su papá y tiene una rebeldía tardía en contra de ella. Sostiene muchas relaciones casuales y un par algo más estables pero atípicas. Mostrándose siempre como una mujer dura e independiente que solo desea la aprobación y respeto de un hombre: su papá.

Es una narración sobre nuestros jóvenes clase media que cuentan con los call center como oportunidad más factible de trabajo. Esas empresas que lavan la cara y filtran los insultos de los clientes inconformes y que en muchos casos son escampaderos laborales para estudiantes que persiguen otros sueños.

Esta bien contada y editada. Para revisar el trabajo de cinematografía, alguna planimetría que se ve un tanto simple. Visualmente podría ser más rica, le falta color y contraste en algunas escenas. Pienso que puede ser intencional para mostrar la sosa y vacía vida de la protagonista. También hubiese sido importante reiterar más la obsesión de Mariana con viajar a la isla.

Tuvimos el gusto de hablar con Natalia Santa en el FICCI y comentar muchos aspectos de esta reseña. Malta aun no cuenta con fecha de estreno programa

Agradecimientos a TocTalk.